martes, 10 de noviembre de 2009

EL MENSAJE DEL REMANENTE EN EL TIEMPO DEL FIN: EL MENSAJE DE LOS TRES ÁNGELES DE APOCALIPSIS 14: 6-12 - Parte III

2do Mensaje Angélico (14: 8)

Creemos que en este mensaje sólo hay una verdad bíblica que debe de ser
proclamada: La caída de Babilonia. Esta caída implica el juicio condenatorio de este sistema político religioso, y la advertencia a salir de ella (cf. 18: 4).

5. La caída de Babilonia

Este juicio contra la “Gran Babilonia”[39] es tomado de Isaías 21: 9 y Jeremías 51: 7. En ambas citas se la juzga por su idolatría y por ser perversa con otras naciones.
Babilonia siempre ha sido enemiga de Dios y de su pueblo/iglesia. Fue ella la que lo llevó cautivo a Israel y profanó el santo templo de Dios tomando los vasos de oro (Daniel 1: 2). Por causa de ella, muchos reinos de su época fueron influenciados y contaminados con su idolatría. Por estas razones, es que Dios emite un juicio contra ella.
En Apocalipsis 14: 8 aparece nuevamente Babilonia. Siendo que es un contexto escatológico y a la vez lleno de figuras, y hoy al no existe dicho imperio, obviamente “Babilonia la grande” es un sistema simbólico. No obstante, a pesar de su simbolismo, hay una semejanza entre Babilonia Antigua y Babilonia la grande.[40]
En el juicio tanto a Babilonia Antigua y la apocalíptica, ambas reciben un juicio emitido: “Ha caído, ha caído Babilonia”. ¿Por qué su caída? ¿En qué consitió/te dicho juicio? En primer lugar, este juicio tiene como objetivo determinar que Babilonia está condenada. A pesar que ella aun siga existiendo, puesto que reaparece en Apoc. 18: 4, ella ya obtuvo la condena eterna. Y en segundo lugar, su caída va de la mano con su idolatría y blasfemia. En el aspecto religioso y moral. Por lo registrado, Babilonia llegó al colmo con su inmoralidad. A tal punto de ser representada a través de una prostituta (Ap 17: 1-5).[41]
Esta mujer impura, por estar en un contexto de adoración y persecución, representa todo el sistema apóstata mundial que va en contra del remanente. Dicho sistema está mezclado entre el poder religioso y político (cf, con Ap 13: 9-18; 17: 1-5).[42] Como declara LaRondelle “La Babilonia apocalíptica, entendida como la cristiandad apóstata, culmina en una alianza de poderes eclesiásticos y políticos civiles para consolidar el dominio religioso sobre la tierra”.[43]
Dicha unión fomentará una idolatría y una inmoralidad mundial. Estas acciones tienen relación con las verdades bíblicas expresadas en el MTA, en especial con “los mandamientos de Dios y el testimonio de Jesucristo” (cf. 12; 17 y 14: 12). Es por este motivo que el remanente entra a tallar. Mientras Babilonia embriaga a las naciones (14: 8), el Remanente proclama las verdades expresadas en Apocalipsis 14: 6-12. Ambos, tanto el Remanente como Babilonia, tienen su respectiva Misión. Por un lado, Babilonia embriaga a las naciones para no reconocer y no aceptar el poder salvífico de Dios y las verdades expresadas en la Biblia, y por otro, el Remanente testifica para reconocer el poder salvífico de Cristo y las verdades que se encuentran en su Palabra.
Además, el remanente, a través del segundo mensaje, proclama la caída de Babilonia y advierte al pueblo de Dios que está en ella (Ap 18: 4), a salir con el fin de que no se sigan contaminando. El remanente debe de recordar que ellos también han sido llamados a rescatar al pueblo de Dios invisible de las manos de esta ramera.[44]

3er Mensaje Angélico (14: 9-12)

En este mensaje se puede extraer cuatro verdades que deben ser proclamadas: (6) La marca de la bestia, (7) Los mandamientos de Dios, (8) Fe en el Espíritu de profecía, y (9) El Santuario. Por más que el cumplimiento de las acciones desarrolladas en este mensaje es para el futuro, el remanente debe desde ahora enseñarlas con un fin preventivo, y no condenatorio.

6. La marca de la bestia

Marca viene del término gr. jaragma y es usado una sóla vez en Hechos (17: 29) y tiene relación con la idolatría. El resto de veces aparece en Apocalipsis y se refieren a la marca de la bestia (13: 16, 17; 14: 9, 11; 19: 20).
La marca de la bestia en Apocalipsis, siempre va acompañada de “la adoración a la imagen”; y su contexto, está en un contexto escatológico de adoración mundial. Esto hace concluir que la marca tiene relación con la adoración.[45]
Se ha analizado anteriormente que adoración guarda relación con el cumplimiento de la ley. Que cuando uno desea adorar a Dios con su vida, lo hace guardando sus mandamientos. Siendo de esta manera, si adoración tiene que ver con obediencia a los diez mandamientos, y la marca de la bestia está en un contexto de adoración, es probable que la marca de la bestia tiene mucho que ver con los mandamientos de Dios.[46] Especialmente con los cuatro primeros.
Al relacionar la marca de la bestia con los mandamientos, se puede notar el empeño de Satanás y sus representantes de abolir totalmente la ley de Dios. Y esto es registrado en Apocalipsis 12: 17, donde el Dragón no sólo hace guerrea contra el remanente sino también contra los mandamientos de Dios. Esta batalla, es ampliada en el capítulo 13, especialmente en el contexto de la adoración mundial (13: 14-18).
Anthony MacPherson hace un estudio sobre la marca de la bestia en relación a los mandamientos de Dios. Él concluye que existe relación entre los mandamientos de Dios y “las señales” en el AT. Al parecer, los mandamientos son considerados como “señales”. Por ejemplo, la circuncisión (Gn 17:11), la marca en la frente o en el brazo (Ex 13:9, 16) y el sábado (Ex 31:13, 17; Ez 20:12, 20). Dichos mandamientos, en base a Génesis y Éxodo, se caracterizaban por: (1) ser recordados: los mandamientos y el evento de la liberación del Éxodo, (2) identificaba señales de una especial relación entre Dios y su pueblo.[47]
Esta marca es colocada en la frente o en la mano derecha (13: 16). Enrique Treyer, al estudiar los términos sobre la mano y sobre la frente en el AT, concluye:

“Sobre la frente… sobre la mano” designan una experiencia íntima y profunda entre el hombre y Dios, o un amor particular de Dios por su pueblo […] No se trata de una relación profunda entre el hombre y s Creador, sino de una relación espiritual muy íntima entre el hombre y los poderes del mal que operan milagros engañadores”.[48]

Esto hace suponer que aquellos que tienen la marca de la bestia en la frente o en la mano, son personas que voluntariamente se han dejado marcar. Al dejarse, ellos libremente se someten a la autoridad de las bestias y deciden ser fieles a ellas. Esta fidelidad implicará rechazar la ley de Dios, y por ende, la autoridad divina.
El tercer ángel también advierte que aquellos que deciden tener la marca de la bestia serán castigados con el “furor de Dios” (14: 10) con el fin que no tengan descando (vv. 11) y así obtengan la muerte eterna. De esta manera, este mensaje proclama las consecuencias de no aceptar el sello de Dios, y sí la marca de la bestia.
El remanente, sabiendo que este mensaje es más para el futuro que para el presente, debe de proclamar este mensaje como algo preventivo, y no condenatorio. Aun no es el tiempo de la marca de la bestia tal cual lo describe Apocalipsis 13. El énfasis de esta verdad es darle el debido lugar a la ley de Dios, y no condenar a aquellos que la rechazan.


7. Los Mandamientos de Dios

Mandamientos (gr. entolé), aparece en Apocalipsis 12:17 y 14:12 dando a entender que se refieren a los mismos. ¿Cuáles? Los diez de Éxodo 20. Por las siguientes razones:
(1) Para los sinópticos y para Pablo, entolé son los diez mandamientos de la ley y la máxima expresión del amor (Ro 13: 9,10); y, es probable, por el tiempo de escritura, que Juan haya tomado la palabra entolé de los sinópticos.
(2) El contexto de Ap. 12:17 y 14:12 tiene como marco referencial el Santuario Celestial (Ap 11: 19; 15: 5-8), por lo tanto, “los mandamientos” son los 10 de Éxodo 20, puesto que las tablas de la ley eran guardadas en ese lugar.

Estos mandamientos cumplen cinco funciones en el contexto escatológico: (1) Son el centro del ataque de Satanás y sus instrumentos, especialmente en los cuatro primeros; (2) Es la máxima expresión del amor tanto a Dios como al prójimo; (3) Al ser obedecidos reflejan los frutos de la fe; (4) Es una de las características que idenfitifican al Remanente (el Remanente del tiempo del fin tendrá los diez mandamientos como estandarte); y (5) Guarda relación con el sello de Dios. En otras palabras, sólo aquellos que observen la ley divina, serán los que recibirán el sello de Dios.
Al cumplir estas funciones, el remanente predica y testifica, a través de sus actos, el verdadero significado de la ley: El amor (Ro 13: 8-10). Al guardarlos, ellos están reflejando el carácter de Dios y glorificando su Nombre a todas las naciones. Están dando una correcta adoración a Dios y no a las bestias. Y son ellos los únicos que poseen el sello de Dios, el cual les garantiza la vida eterna.

8. Fe en el Espíritu de Profecía

Para poder comprender esta verdad, hay que relacionar Apocalipsis 14: 12 con 12: 17 y 19: 10. Al hacer esta relación, nos podemos dar cuenta que los tres guardan semejanza.
(1) Por un lado, en el 12: 17 el remanente tiene el testimonio de[49] Jesús, por otro, en el 14: 12, los santos guardan la fe de Jesús.
(2) Al hacer el paralelismo entre ambos textos, se puede notar que testimonio va en paralelo con fe. Esta relación, más que enfatizar características distintas del remanente, indican la fe del remanente en el testimonio.[50]
(3) Este Testimonio es paralelo con los profetas del cap. 19: 10. Lo cual indica que el testimonio de Jesucristo es el Espíritu de profecía.

El “Espíritu de profecía” o “el don de profecía” (1 Co 12: 8, 10), es uno de los dones espirituales que reciben los profetas (ver Ap 22: 8, 9). Dichas personas son aquellas que hablan de “parte de Dios, impulsados por el Espíritu Santo” (2 P 1: 21). En otras palabras, el “Espíritu de profecía” es el mismo Espíritu Santo dando “testimonio de Jesucristo” a través de sus siervos.
El “testimonio de Jesucristo” también incluye los mensajes dados por Jesús al estar en la tierra. Es tomar como “regla de fe, de inspiración y de autoridad” cada dicho, incluyendo lo tomado del AT.
No obstante, no sólo el NT habla acerca de Jesucristo, el Espíritu de Profecía también profetizó de él en el AT. En Apocalipsis no se usa los términos “AT” para referirse a las profecías mesiánicas dadas por los profetas, más bien, se utiliza la expresión “Palabra de Dios” para referirse a lo mismo. Simplificando, hablar de la “Palabra de Dios” en Apocalipsis, es hablar del testimonio del Antiguo Testamento. Como lo aclara LaRondelle, “‘la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo’ es el mensaje profético del Antiguo Testamento y el testimonio apostólico del Nuevo Testamento”.[51] Mario Veloso sintetiza “Guardan también el testimonio de Jesús. El testimonio del Apocalipsis, el testimonio de la revelación histórica, toda la Escritura y el testimonio escatológico, que es la revelación de
Dios dada en el tiempo del fin. El Espíritu de profecía completo”.[52]

El mensaje del tercer ángel registra que los santos tienen confianza en el Espíritu de profecía. Mientras los pobladores de la tierra confían en el “falso profeta” (Ap 16: 13), el remanente tiene fe en los verdaderos profetas de Dios.
Aquella fe del remanente tiene que ser proclamada. El mundo debe de saber que la verdad fue relevada a los profetas. Que e sus escritos fueron inpirados y están en la Palabra de Dios. Que cualquier palabra o imposición de las bestias y de Babilonia no son autoritativas sino sólo lo registrado en la Biblia.
En el tiempo escatológico, en una época donde se desconfía en la Biblia, donde sus verdades están siendo pisoteadas, e inclusive re-interpretadas, el mensaje del tercer ángel es claro: “Confíen en la Palabra de Dios. Hagan caso a los profetas. No duden. Obedezcan. Lean, recuerden y crean las palabras de Cristo y permanezcan fieles hasta su venida”.
Para un buen cumplimiento de la Misión, el remanente debe de guiar al mundo a la Biblia. Y sólo a ella.

9. El Santuario

Aunque esta verdad no está explícitamente en el MTA, creemos que, en base al contexto de Apocalipsis 12 al 14, el Santuario Celestial (o Tabernáculo/Templo [Cf. Ap 15: 8]) es el marco de referencia de estos capítulos. Por lo tanto, todas las verdades proclamadas por los tres ángeles giran en torno a este lugar celestial.
Esta relación ha venido desde los días de Moisés. Desde aquella época guardaba correlación el santuario y las verdades que Dios deseaba que su pueblo y el mundo conozca. Damos cuatro ejemplos:
(1) El santuario y el evangelio: por medio de la sangre de los animales, Dios expiaba a su pueblo (Lv 16: 16). Aquella expiación tenía como objetivo el perdón y la purificación de los pecados con el fin de salvar al ser humano, quien por fe, se acercaba para poder recibir oportuno socorro. A través de este acto, el judío era partícipe de la verdad del evangelio. Como declara Goldstein “El evangelio fue predicado al pueblo de Israel mediante el servicio del santuario: una representación gráfica de todo el plan de salvación”.[53]
(2) El santuario y el juicio: era desde el santuario terrenal donde Dios realizaba y emitía sus juicios (Nm 13:32; 14:2, 10, 23; 12:1, 4, 5; Sl 9:7, 8).
(3) El santuario y la ley: las tablas de la ley fueron guardadas en el lugar santísimo, específicamente en el arca del pacto (Ex 25:10-21).
(4) El santuario y el Creador: era en este lugar donde Dios se presentaba a través de una teofanía, y recibía adoración por los hebreos tanto por ser su Creador como su Redentor (Ex 5: 15).

A través de estos ejemplos se puede notar que muchas verdades bíblicas fueron enseñadas por Dios a través del Santuario Terrenal. De esta manera, siendo que el Santuario terrenal (tipo) es sombra del Celestial (anti-tipo), es lógico pensar que las verdades bíblicas proclamadas por los tres ángeles también tienen que giran en torno al Santuario Celestial.
En el tiempo del fin no sólo se debe de proclamar las ocho verdades estudiadas a lo largo de esta investigación. Se tiene que enseñar acerca del Santuario. Que a través de ese lugar, Dios está salvando al seres humanos. Que en aquel lugar tenemos a un Sumo Sacerdote intercediendo (1 Ti 2: 5) por nosotros. Que si hemos pecado, y si nos acercamos confiadamente ante el trono de la gracia, Él está presto a intercer ante el Padre con el fin de poder recibir la expiación de nuestros pecados (1 Jn 2: 1; Heb 2: 18; 4: 16).
Los moradores de la tierra tienen que saber que hay un lugar de eterna redención en el cielo, y ese es el Santuario Celestial.

Conclusiones

(1) Apocalipsis 14: 6-12 registra nueve verdades básicas, no únicas, que se deben de proclamar en el tiempo del fin: (a) La justificación por la fe; (b) La santificación; (c) El juicio pre-advenimiento; (d) El creacionismo; (e) La caída de Babilonia; (f) La marca de la bestia; (g) Los mandamientos de Dios; (h) La fe en el Espíritu de profecía; (i) El Santuario.
(2) Todas estas verdades bíblicas giran en torno al evangelio eterno. Si se va a predicar sobre la ley de Dios, se debe de hacer teniendo como base el evangelio. Si se quiere proclamar sobre la marca de la bestia o la caída de Babilonia, hay que hacerlo a la luz del evangelio. Si se va a proclamar sobre el sábado o el juicio, de igual modo. Toda verdad, sea cual fuere, tiene que tener como eje: Dios salvando al ser humano.
(3) En el mensaje de los tres ángeles no se encuentra un mensaje subjetivo. Se habla sobre la justificación por la fe (el evangelio eterno), pero también acerca de sus frutos. Aquellos que son reflejados a través de la obediencia a los mandamientos de Dios y a la fidelidad de su Palabra. No hay un mensaje de “una vez salvo, y salvo para siempre”.
(4) A través de estas verdades bíblicas se puede notar el empeño de Dios por salvar a la humanidad. No sólo “el amor de Dios” tiene relación con salvación. También están los mandamientos, la fe en en el Espíritu de profecía, la creación, el santuario, la advertencia a no tener la marca de la bestia y salir de Babilonia, el juicio pre-advenimiento, etc. Todas estas verdades encajan y se direccionan para la redención final del hombre.
(5) Toda persona, al querer cumplir la misión en el tiempo del fin, debe de conocer primeramente las verdades bíblicas proclamadas en Apocalipsis 14: 6-12. Conocer únicamente el amor de Dios y su gracia, dejando de lado estas verdades, demuestra falta de interés y preparación en el cumplimiento de la Misión.
(6) Cumplir la misión con un mensaje vano o superficial es no tener identidad en la Misiología. El remanente ha de proclamar todas las verdades expresadas en Apocalipsis 14: 6-12. No hacerlo, sería perder el rumbo para lo que ha sido llamado.(7) Dios invita a sus hijos a predicar el MTA. A cumplir la misión de forma completa y de manera imparcial.

Referencias Bibliográficas

[39]La expresión “Gran Babilonia”, probablemente tiene como base al nombre de la ciudad expresado en Daniel 4: 30. En este capítulo se observa a Nabucodonosor glorificándose a sí mismo puesto que, según este rey, fue él el responsable de aquella grandeza. Como resultado de aquella auto glorificación, el reino se le fue quitado (v. 31), ver G.K. Beale and Sean M. McDonough, Commentary on the New Testament Use of the Old Testament, G. K. Beale and D.A. Carson eds. (Grand Rapids, MI: Baker Academia, 2007), 1132.

[40]Por un lado, Babilonia antigua persiguió al pueblo de Dios, fue idólatra y blasefemó contra Dios, por otro, Babilonia escatológica “bebe la sangre de los santos” (Ap 17: 4), embriaga a las naciones (14: 8), y tiene “nombres blasfemos” (17: 3).

[41]Han LaRondelle, en base a un estudio del AT, cree que Babilonia la Grande es una iglesia que cayó en apostasía producto de su inmoralidad y en el rompimiento de su pacto con Dios. Al caer en apostasía, esta iglesia en varias oportunidades es comparada con una prostituta (algo similar ocurrió con Israel en el AT cuando, al caer en apostasía, fue comparada con una ramera, ver Eze 16 y 21). Ver Hans LaRondelle, “Babilón: Anti-Christian Empire”, SR, 7: 157-63.

[42]George Eldon Ladd, A Commentary on the Revelation of John (Grand Rapids, MI: William B. Eerdmans, 1972), 194.

[43]Hans LaRondelle, “El remanente y el mensaje de los tres ángeles”, Teología: Fundamentos bíblicos de nuestra fe, Raoul Dederen, ed., trad. David Gullón (Doral, Fl: Asociación Publicadora Interamericana, 2008), 8: 214.

[44]Joel Musvosvi puntualiza lo siguiente: “Al considerar la naturaleza de la Babilonia mística o espiritual, debemos recordar que simboliza el sistema de creencias de las entidades que la caracterizan, no a sus miembros individuales. Los miembros de estos sistemas están invitados a elegir entre los sistemas falsos de creencias de Babilonia y el verdadero sistema descrito en la Biblia. No es correcto decir que los miembros de las organizaciones a las que pertenecen incluyen Babilonia”, Joel Musvosvi, “El mensaje del primer ángel”, en Lecciones de Escuela Sabática (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, Julio-Septiembre del 2001), 77.

[45]Para un estudio más detallado, ver Carlos Olivares, “Elementos para descifrar el 666: Una propuesta”, DavarLogos 8.1 (2009): 31-58.

[46]Una relación similar es analizada por Mervyn Maxwell en “The Mark of the Beast”, SR, 7: 55.

[47]Anthony MacPherson, 277.

[48]Enrique Treyer, “Fuego del cielo y marca de la bestia: Un estudio exegético de Apocalipsis 13: 11-18” Theo 12, no. 2 (1999): 96.

[49]La preposición de, gramaticalmente, es un subjetivo genitivo indicando que el testimonio de Jesucristo es la revelación misma de él dada a los profetas cristianos (19: 10). Dicho “testimonio” es obtenido, y no predicado, por la iglesia. Juan nunca usa el sustantivo “testimonio” con una construcción objetivo genitivo. Para un mayor estudio y discusión sobre el uso del sustantivo “testimonio” en los escritos del NT, ver Gerald Pfandl, “The Remnant Church and the Spirit of Prophecy”, SR, 7:304-6.

[50]Para un mayor estudio, Hans K. LaRondelle, “La palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo”, Ministerio Adventista 322 no. 06 (2006): 24-7.

[51]Ibíd., 26.

[52]Mario Veloso, El Apocalipsis y el fin del mundo (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1999), 177.

[53]Clifford Goldstein, Desequilibrio fatal: la verdad acerca del juicio, el santuario, y la salvación, trad. Mario A. Collins (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1995), 72.

viernes, 6 de noviembre de 2009

EL MENSAJE DEL REMANENTE EN EL TIEMPO DEL FIN: EL MENSAJE DE LOS TRES ÁNGELES DE APOCALIPSIS 14: 6-12 - Parte II

3. El juicio pre-advenimiento

Otra de las verdades bíblicas que es proclamado por el primer ángel es el juicio. Este juicio, como se mencionó antes, es el mismo de Daniel 7: 9-11 (cf. Dn 8: 14). Como declara Jackes Doukhan “Por lo tanto, parece que el texto de Daniel 7 está más en la mente del autor que cualquier otro texto de Apocalipsis 14”.[26] No sólo eso, el contexto tanto de Apocalipsis 14 (con su unidad más cercana que son los capítulos 12 al 14) como de Daniel 7, es prácticamente el mismo.[27]
En ambos casos es presentada una bestia espantosa con los mismos elementos. Se ve también el tiempo que el cuerno pequeño persigue a los santos y pisotea el santuario (cf. Dn 8: 12-13), que son 1 260 días/años. Luego que se desarrolla la persecución por parte del cuerno pequeño, se inicia el juicio, y luego ocurre la venida del Hijo del Hombre.
Al ver la historia y comparándola con la profecía, los 1 260 días/años se cumplió en toda la edad media, desde el año 538 hasta 1798 d.C. Después de este cumplimiento, a partir de 1798 d.C., por lo tanto, comienza el juicio, pero no exactamente en esta fecha.[29]
Esto permite concluir que el juicio tanto de Daniel como Apocalipsis comienza en la misma fecha y antes de la II Venida. Este juicio es registrado básicamente en el NT: Jn 5: 29; Heb 10: 26-30; 2 Cor 5: 10; 1 P 4: 17; Ap 20: 12; Ap 22: 12
Estos pasajes dan a entender explícita e implícitamente la existencia de un juicio previo a la parusía. Aunque ninguno de ellos indican la fecha, de algo hay que estar seguro, la Biblia nos habla de un juicio pre-advenimiento. Al parecer, en el segundo retorno de Jesucristo, él sólo vendrá a dar el veredicto. Si Cristo vendrá a dar únicamente el veredicto ¿no se supone que tuvo que haber un juicio previamente? Precisamente este es el juicio de Apocalipsis 14: 7.
Ahora se quiere responder a la pregunta ¿En qué consiste este juicio? Para contestar a este interrogante, se tiene que plantear otra ¿Cuál es la base para el juicio pre-advenimiento?

Según el paralelismo de Daniel 7 y 8, tanto el juicio como la purificación del santuario celestial, inician en la misma fecha (al iniciar la purificación), a saber 1844 d.C. A partir de este año se juzga tanto a los santos como al cuerno pequeño, y a la vez se purifica a estos mismos santos y al santuario celestial.
Para poder comprender mejor el juicio y la purificación del santuario de Daniel, se debe de tomar como base el pensamiento hebreo, específicamente a la luz del santuario terrenal judío. Delimitando aun más, se necesita encontrar un evento donde se juzgue y a la vez se purifique tanto al santuario terrenal como a los hebreos.
Justamente aquel evento es el Día de Expiación. En este día Dios juzgaba y purificaba tanto a los hebreos como al santuario. Como Doukhan expone:

“Hasta el día de hoy, los judíos celebran el Kippur como un día de juicio o de expiación. Durante todo el año uno se puede olvidar de Dios y de la religión, y cometer delitos. Pero hasta el villano más grande, si es judío, se arrepentirá el Día de Expiación y temblará al sonido del shofar, la señal del juicio divino. Los judíos identifican al Kippur con el Día del Juicio”.[30]

Levítico 16: 16, 30, 33-34 expresan la expiación tanto del pueblo como del santuario:

“Hará, pues, expiación por el lugar santo a causa de las impurezas de los hijos de Israel… así hará también con la tienda de reunión que permanece con ellos en medio de sus impurezas […] porque en este día se hará expiación por vosotros para que seáis limpios; seréis limpios de todos vuestros pecados delante del Señor […]”.

En este día los judíos se presentaban en el santuario ante Dios para participar del juicio que Él iba a emitir. Por un lado estaban los penitentes, y por otro, los impenitentes. Sólo los que estaban arrepentidos de sus pecados y confiaban tanto en la sangre del macho cabrío, la intercesión del sumo sacerdote, y principalmente en la misericordia y la justicia divina, eran salvados (era un juicio a favor de los santos). Los rebeldes, eran condenados (un juicio en contra de los impíos, Lev 20: 3; Num 19: 13, 20). En este evento se observaba tanto la justicia como la misericordia de Dios.
Este mismo día de expiación, en paralelo con Daniel 8: 14 y 7: 9-11, tiene también una cosmovisión escatológica. Así como se purificaba el santuario terrenal en este día, de la misma forma el santuario celestial es purificado en Daniel 8: 14. Y así como se juzgaba al pueblo el 10 de Tishri, así también son juzgados en Daniel 7. Como declara Roy Gane “No es simplemente un día ceremonial oficiado por un sumo sacerdote israelita; esto es un climax escatológico ante una lucha cósmica sobre señorío y adoración”.[31]

Teniendo esto como base, se puede comprender mejor el juicio proclamado por el primer ángel:
(1) En este juicio participan tanto los santos como los rebeldes. Los santos, según el contexto de Apocalipsis 14, son aquellos que han aceptado el evangelio eterno (14: 6), “guardan los mandamientos de Dios y tienen la fe de Jesús” (v. 12), no se contaminan con Babilonia (v. 8), y esperan la II venida (v. 14). En el caso de los rebeldes, ellos son los apóstatas que han rechazado la verdad del evangelio, pisotean la ley de Dios, y desconfiar del testimonio de Cristo.
(2) El juicio es a favor de los santos y en contra de los rebeldes. Esto hace suponer que los santos no deben de sentir miedo ante el juicio pre-advenimiento, por el contrario, deben estar siempre regocijados al saber que el juicio en el cielo es a favor de ellos. Los únicos que deben de sentir pavor son los impenitentes.
(3) En el juicio pre-advenimiento se pronuncia la misericordia y la justicia de Dios tanto para los santos como para los rebeldes.
(3.1.) Misericordia: el hombre desde que pecó está destituido de la gloria de Dios y condenado a la muerte eterna (Ro 6: 23). No obstante, Dios envió a su Hijo para redimir el hombre y tomar su lugar con el fin que él pueda obtener la vida eterna. Para este acto redentor, Dios perdona y limpia los pecados de cada ser humano por medio de su sangre. Depende de cada persona si acepta o no este don divino.
(3.2.) Justicia: Dios no sólo perdona al pecador sino también lo justifica. En este acto Dios ama al pecador pero aborrece el pecado. Puesto que el hombre pecó, Dios elimina el pecado en él y lo cubre con el manto de justicia de Cristo quedando declarado justo. Sin culpa. No obstante, aquellos que no aceptan ni la sangre ni el manto de justicia de Cristo, quedan declarados condenados.

Por lo tanto, este juicio es para salvación. Salvación para aquellos que van con fe ante la presencia de Dios para “recibir oportuno socorro” (Heb 4: 16) y ser declarados justos e inocentes. Y perdición, para los que rechazan este don.

(4) Aquellos que fueron partícipes del juicio y llegaron a ser declarados justos, mostrarán sus frutos de justicia. Ahora vivirán como tal, guardando los mandamientos.
(5) El principal objetivo de este juicio, según Roy Adams, es la vindicación, tanto de Dios, su santuario, y los santos.[32] A través de este juicio, los seres celestiales declararán “Porque sus juicios son verdaderos y justos…” (Ap 19: 2), y se habrá mostrado tanto la justicia como la misericordia de Dios ante las huestes angelicales.
Por medio de este juicio, el remanente invita al mundo entero a aceptar o rechazar la salvación por parte de Dios. Proclama e invita a aceptar esta verdad que tiene como eje el evangelio. Llama al mundo para ser partícipes de este juicio con el fin de que Dios los declare justos, como si nunca hubieran pecado. Todo esto gracias al acto redentor de Cristo y su intercesión en el cielo. Se sabe muy bien que, sin la justicia de Cristo, nadie podrá ir al cielo. Precisamente aquella justicia es imputada gracias al acto de Jesús en su santuario.
El remanente, al cumplir la misión, no debe de dejar de predicar este mensaje. El mundo necesita no sólo el amor de Dios, sino también la justicia de Cristo, el cual es uno de los objetivos del juicio pre-advenimiento.

4. El creacionismo

En un mundo donde el centro del universo y del conocimiento es el hombre, y en algunas religiones la naturaleza, el remanente proclama “Adorad al Creador” (Ap 14: 7). Este mensaje reconoce a Dios como el eje y originador de las cosas (ver también Gn 1: 1). Alguien de quien depende el inicio de la vida y su sustento (Heb 1: 3). Como Creador que es, la honra y la gloria es solamente para Él. Esto implica que ni el hombre ni la naturaleza deben de autoproclamarse el centro del universo, ni mucho menos auto adorarse o dejarse adorar, o ser instrumento de adoración (Is 40: 25, 26; 45: 18). El mensaje del primer ángel invita a adorar al Creador, no a la creación. Como declara Carballosa:

“La humanidad ha estado en rebeldía contra Dios. Los hombres han adorado ‘a las criaturas antes que al Creador’ (Ro 1: 25). Los humanistas y racionalistas han atribuido la existencia del universo a causas fortuitas y han negado la misma existencia de Dios. Ahora, en la consumación de los siglos, los hombres son llamados a reconocer y adorar al soberano Creador del cielo y tierra (Hch 14: 15-17)”.[33]

En el contexto escatológico, poner a Dios como centro y no a la creación, es sumamente importante. Mientras en el Mensaje del primer ángel (Ap 14: 7) el centro es el Creador, y es Él quien es adorado; las bestias de Apocalipsis 13 se auto proclaman el centro de la humanidad y a la vez exigen adoración (13: 12-15). Por un lado, Dios como Creador tiene el poder propio para “hacer maravillas” tanto en el cielo como en la tierra; por otro, la bestias “hacen grandes señales” a tal punto de engañar a los moradores de la tierra (13-14).
Esto nos permite concluir que la razón principal de la controversia final será en base a las siguientes preguntas ¿Quién es el centro del universo? ¿Quién debe ser adorado: Dios o su creación, Dios o el hombre? Específicamente hablando ¿Dios, o las bestias espantosas de Apocalipsis 13? A quien se le debe rendir homenaje ¿A aquellas bestias que hacen obras y señales prodigiosas, o a Aquel que ha creado los cielos y la tierra?
Cuando Juan escribió “adorad al que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas” es posible que haya estado pensando en Éxodo 20: 4 y 11, referencia que varios eruditos han expuesto. Como por ejemplo los editores de la 4ta edición del Griego del Nuevo Testamento. Ellos notan en el margen que Apocalipsis 14: 7b es una alusión a Éxodo 20: 11.[34] De igual manera la Anchor Bible, con el comentario de J. Massyngberde, declara:

“El ángel heraldo en el 14: 6, 7 anuncia la reafirmación del decálogo y la adoración de un solo Dios, en oposición a la adoración de la imagen (13: 15) el cual violó los mandamientos. La referencia a Dios como Creador es entendido en la luz de la referencia al cielo, tierra, y el agua debajo de la tierra en Éxodo 20: 4”.[35]

La conexión entre la “adoración al Creador” del primer ángel con el decálogo, especialmente el 4to mandamiento, genera una relación entre la adoración, el 2do y 4to mandamiento de la ley de Dios. En especial, en el día sábado. Ekkehardt Müeller comenta: “Lo escrito en 14:7 especifica el cuarto mandamiento. Adorar a Dios como Creador también implica guardar su día santo, el día que Él instituyó en la creación como una conmemoración de la creación”.[36]
Por lo tanto, existe una relación estrecha entre la “adoración” y “los mandamientos”, especialmente los primeros cuatro.[37] Al parecer, en un contexto escatológico, aquella persona que no desea adorar a la bestia ni a su imagen, obedecerá fielmente a los cuatro primeros mandamientos.
De igual manera, para este primer mensaje no existe ni el evolucionismo (ni evolucionismo teísta)[38] ni la vida después de la muerte. Ambos puntos de vista son enemigos de la creación de Dios. Por un lado el evolucionismo trata de contrariar el inicio de la vida, por el otro, la inmortalidad del alma, el fin de la vida.
En este contexto escatológico, donde el mensaje bíblico de la creación está siendo distorsionado y atacado por distintos pensamientos y religiones, el remanente proclama “El ser humano fue creado por Dios, y no vino de la naturaleza, puesto que ella también vino de Él. Tanto cielos como tierra fueron hechas por su Palabra en seis días literales y no en un lapso de tiempo mayor. Por ser nuestro Creador, a él se le debe adorar. No a la bestia ni a su imagen, sino a Él. Aquella adoración se manifestará a través de la observancia de los cuatro primeros mandamientos”.


Referencias Bibliográficas

[26]Jackes Doukhan, The Vision of the End (Berrien Springs, MI: Andrews University Press, 1987), 60, 133. Ver también Ibíd., Secretos de Apocalipsis, 133-4.

[27]Beale ha sugerido Daniel 4 como paralelo de Apocalipsis 14: 6-8 por la variedad de elementos semejantes encontrados en ambos pasajes (G.K. Beale, The New International Greek Testament Commentary NIGTC: The Book of Revelation [Grand Rapids, MI: Eerdmans Publishing Company, 1999], 750-4). No obstante, creemos que Daniel 7 es más explícito y aceptable puesto que no sólo se encuentran elementos parecidos a los de Apocalipsis 14 sino que el contexto escatológico también es el mismo, algo que en Daniel 4 no ocurre.

[28]Ver también Jackes Doukhan, Secretos de Apocalipsis, 134.

[29]Mientras Daniel 7 afirma que el juicio pre-advenimiento se realizará después de los tres tiempos y medio (1260 años), en cualquier fecha después de 1798 d.C.; Daniel 8 nos da la fecha específica: el juicio ha de comenzar después de haber concluido las 2 300 tardes y mañanas, a saber, en 1844 d.C.

[30]Jacques Doukhan, Secretos de Daniel, 129.

[31]Roy Gane, “Judment as Covenant Review”, JATS 8, nro. 1, 2 (1997): 184.

[32]Roy Adams, The Sanctuary: Understanding the Heart of Theology (Hagerstown: Review and Herald, 1993), 128.

[33]Evis Carballosa, Apocalipsis: La consumación del plan eterno de Dios (Grand Rapids: Editorial Portavoz, 1997), 283.

[34]Ver Ranko Stefanovic, Revelation of Jesus Christ, 416.

[35]J. Massyngberde Ford, The Anchor Bible: Revelation, I. Howard Marshall y Donald A. Hagner, eds. (Nueva York: The Anchor Bible Doubleday, 1975), 248.

[36]Ekkehardt Müeller, “The End Time Remnant in Revelation”, JATS 11, no. 1/2 (2000): 194.

[37]Anthony MacPherson propone un paralelismo entre Apocalipsis 13 y Éxodo 20 con el cual concluye que el ataque de las bestias de Apocalipsis 13 será básicamente a los cuatro primeros mandamientos, ver Anthony MacPherson, “The Mark of the Beast as a ‘Sign Commandment’ and ‘Anti-Sabbath’ in the Worship Crisis of Revelation 12-14”, AUSS 43, no. 2 (2005): 277.

[38]Para una defensa del creacionismo, frente al evolucionismo teísta, ver Norman Gulley, “El desafío de la evolución teísta a la doctrina bíblica de la creación”, Theo 19, nro. 2 (2004): 228-53.


jueves, 5 de noviembre de 2009

EL MENSAJE DEL REMANENTE EN EL TIEMPO DEL FIN: EL MENSAJE DE LOS TRES ÁNGELES DE APOCALIPSIS 14: 6-12 - Parte I


Oscar Mendoza Orbegoso, Universidad Peruana Unión
[1]

Introducción


Como adventistas, creemos que nuestra iglesia es el Remanente del tiempo del fin de Apocalipsis 12: 17,[2] y que nuestro mensaje se centra en el Mensaje de los Tres Ángeles[3] de Apocalipsis 14: 6-12. Sin embargo, influenciados por el mundo evangélico, muchos sermones y temas predicados, sólo presentan la gracia y el amor de Dios de manera subjetiva. Dejando de lado el mensaje escatológico que tenemos como remanente.[4]
¿Será que como remanente, estando en el tiempo del fin, hemos sido llamados a predicar únicamente el amor y la gracia de Dios? ¿En estos tiempos, cuando las verdades bíblicas están siendo pisoteadas, sólo se debe de predicar el amor y la gracia de Cristo?
Para un mejor cumplimiento de la Misión, esta investigación propone nueve verdades bíblicas extraídas del MTA de Apocalipsis 14: 6-12. Verdades que en el tiempo del fin deben ser proclamadas con mayor fuerza. Creemos que con un buen conocimiento bíblico de lo que se tiene que predicar, se cumplirá mejor la misión encomendada.

Contexto del MTA: Apocalipsis 12 - 14

El libro de Apocalipsis se puede dividir en tres partes básicamente: (1) Parte histórica (1-11), (2) Parte intermedia (12-14), y (3) Parte escatológica (15-22). En el caso de nuestro texto, éste está ubicado en la parte intermedia donde la historia y la escatología están entremezcladas.[5]
Apocalipsis 12 contiene tanto historia como escatología juntas. Del v. 1 hasta el 16 (a excepción de los versículos 7 al 12 que son un paréntesis del capítulo) es historia, y el v. 17 es escatología. Para el cap. 13 sucede los mismo, contiene tanto historia (lo relacionado a la bestia que sube del mar - vv. 1-8) como escatología (lo concerniente a la bestia que sube de la tierra y la adoración mundial - vv. 9-18). Y para Apocalipsis 14, al parecer no se presentan sucesos históricos sino eventos finales.

Apocalipsis 14: 6-12 tiene como contexto los cap. 12-14. Para hacer un breve análisis de estos capítulos, se tomará la siguiente estructura quiástica de William Shea:[6]

A: 11:19: El arca del pacto: Escena del Santuario (con los mandamientos)
B: 12:1-2: La primera gran señal: La mujer pura
C: 12:3-4a: La segunda gran señal: El gran Dragón
D: 12:4b-5: El Niño Varón: La primera venida de Cristo
E: 12:10-12: La voces del cielo: Bendición sobre el cielo y maldición sobre la tierra
F: 12:17: Guardan los mandamientos de Dios y el Testimonio de Jesús
G: 13:1-18: La bestia del mar y la bestia de la tierra
X: El Cordero y los 144 000 sobre el Monte Sión
G´: 14:6-11: El Mensaje de los tres Ángeles
F´: 14:12: Guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús
E´: Las voces del cielo: doble bendición sobre la tierra
D´: 14:14-20: El Hijo del Hombre: La segunda venida de Cristo
C´: 15:1: La tercera gran señal: Las siete plagas
B´: 15:2-4: El remanente de la descendencia de la mujer en el cielo
A´: 15:5-8: El templo del arca del testimonio: La escena del santuario (con los mandamientos)

A//A´: Apocalipsis 11: 19 y 15: 8, 9 dan el marco de referencia en estos tres capítulos: El Santuario Celestial. Por esta razón, el MTA debe entenderse a la luz este lugar.
F//F´: Enseñan que los santos, en una situación perseguidora (13:1-18), “guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesús”. En este contexto, estas dos acciones y características cumplen dos funciones: (a) Se convierten en el centro de la controversia entre los santos y los representantes del Dragón; y (b) Expresan los frutos de la fe al aceptar el “evangelio eterno” del primer mensaje (14: 6).
G//G´: William Shea encuentra un paralelismo entre las dos bestias del cap. 13 con el MTA. El primer mensaje (14: 6-7) relata directamente la historia de la bestia del mar (13: 1-8). El mensaje del segundo ángel relata el interludio poético entre la historia de la bestia del mar y la historia de la bestia de la tierra (14: 8 y 13: 9-10). Y el mensaje del tercer ángel está en paralelo con la bestia que sube de la tierra (14: 9-11 y 13:11-18).[7]
G//G´ y X: En X es descrito los 144 000 con el Cordero en el cielo; y en G y G´ tanto el mensaje tri-angélico como el ataque de las bestias. Al relacionar ambas partes, se puede concluir que la razón principal de que los 144 000 estén en el cielo, es que estos han aceptado y predicado el mensaje tri-angélico.
G//G´: Indica que a pesar de las persecuciones recibidas por los agentes de Satanás, los santos continúan predicando el MTA.

¿Qué significa el término ángel?

Al revisar Apocalipsis 14, se puede notar que el contexto es simbólico, por lo tanto, los tres ángeles también lo son. A pesar que hay teólogos que van en contra de este simbolismo,[8] símbolos tales como “los 144 000 con el Cordero” (v. 1), “siguen al Cordero” (v. 4), “contaminarse con mujeres” (v. 4), “castos” (v. 4), “la bestia” (v. 9), indican que los ángeles no pueden ser literales.
El término angelos estrictamente no es la figura de un ángel celestial. Básicamente tiene un significado de mensajero o enviado.[9] En el contexto de Apocalipsis 14, ángel tiene una connotación de mensajeros humanos. Un ángel puede entenderse, según Shea, como “un grupo o movimiento para el cumplimiento de su comisión en el tiempo del fin”.[10]

¿Desde cuándo es predicado el MTA?

Al observar de nuevo el Diagrama Nro. 01, se puede ver que el MTA está en un contexto escatológico. La visión de los 144 000 en el Monte Sión (vv. 1-5), el rescate (v. 4) de los redimidos, la cosecha de las primicias (v. 18) y la II Venida (v. 14), demuestran que este mensaje fue preparado para el tiempo del fin.
No obstante, decir que es un mensaje para el tiempo del fin es muy genérico. ¿En sí, desde cuándo se debe de predicar el MTA? Desde 1844 d.C.[11] Por las siguientes razones:
(1) El MTA es predicado antes de la II venida. Así lo aclara Apocalipsis 14: 14-17.
(2) En el mensaje del tercer ángel está la advertencia “si alguno adora a la bestia y a su imagen” (v. 9, énfasis nuestro) y “beberá del vino de la ira de Dios” (v. 10, énfasis nuestro). “si alguno adora” es un condicional que indica una advertencia previa a la adoración mundial de la bestia y su imagen, adoración que, según Apocalipsis 13: 14-17, es realizada antes de la II venida. “beberá” la ira de Dios, es la consecuencia que recibirá aquel que haya adorado a la bestia. Por tanto, si el tercer ángel advierte que no se debe de adorar a la bestia puesto que aquel que lo haga recibirá las siete plagas, las cuales caerán antes de la II venida, es lógico que el mensaje del tercer ángel es predicado antes de la parusia.
(3) En el mensaje del primer ángel es predicado “la hora de su juicio ha llegado” (v. 7, énfasis nuestro). ¿A qué juicio se refiere? Al juicio pre-advenimiento. ¿Cuándo inició aquel juicio? Según Daniel 7: 9 y 10 (en paralelo con el 8: 14), en 1844 d.C. Por lo tanto, desde el momento que el primer ángel inicia su mensaje proclamando “la hora de su juicio ha llegado”, y este juicio comenzó en 1844 d.C., no hay duda que este ángel inició a predicar desde aquel año.[12] Por lo tanto, es aceptable creer que la predicación del MTA se inició en esta fecha.[13]

¿Quién predica el MTA?

Para responder a esta pregunta, volvamos a observar el Diagrama Nro. 1. Si se relaciona la parte escatológica de cada uno de estos capítulos, nos daremos cuenta que el remanente de Apocalipsis 12: 17 guarda relación con aquellos “santos” perseguidos del 13: 10; y que este mismo grupo aparece en el contexto escatológico del Mensaje de los Tres Ángeles, los Santos perseverantes (14: 12), la II Venida (v. 14), y los 144 000 (vv. 1-5).
Al terminar de relacionar el tiempo del Remanente, ahora se va a relacionar sus características con los santos del 13: 10 y 14: 12.
Las características que tiene el Remanente (12: 17), los Santos (13: 10) y los Santos perseverantes (14: 12), prácticamente son las mismas. Como por ejemplo: (1) En los tres casos aparecen después de los 42 meses; (2) Estos tres grupos guardan los mandamientos de Dios (implícitamente hablando en Apocalipsis 13: 10); (3) Los tres son perseverantes en medio de las persecuciones; y (4) Los tres tienen fe en el testimonio de Jesucristo. En base a sus características, es aceptable pensar que el “remanente” de Apocalipsis 12:17 son “los santos” de 13:10, y estos, son “los 144 000” del capítulo 14, especialmente “los santos” del 14:12. Como declara Müeller “Ap 12:17; 13:10 y 14:12 están entrelazados y describen las mismas características del remanente apareciendo bajo diferentes nombres”.[14] Stefanovic confirma:

“El libro de Apocalipsis no sostiene la idea de que Dios tiene dos grupos distintos de personas sobre la tierra… el revelador indica claramente que él tiene sólo un pueblo en mente cuando él se refiere a estos como Siervos de Dios (1: 1), el Remanente (12: 17), los santos (14: 12) y la esposa del Cordero (19: 7-8; cf. Cap. 12)”.[15]

Reconociendo a los santos del capítulo 14 como el remanente, es lógico pensar que son ellos los que predican el MTA, puesto que aparecen en el mismo contexto.
Después de estudiar aspectos importantes para la comprensión del MTA, ahora se analizará las nueve verdades propuestas extraídas de Apocalipsis 14: 6-9.

1er Mensaje Angélico (14: 6-7)

Creemos que hay cuatro verdades bíblicas en el mensaje del primer ángel para ser predicadas en el tiempo de fin, y son las siguientes: (1) La justificación por la fe; (2) La santificación; (3) El juicio pre-advenimiento; y (4) La creación. Todas estas verdades giran en torno al evangelio eterno y son desarrolladas bajo el marco de referencia del santuario.

1. La justificación por la fe

Para poder entender el evangelio eterno, es necesario saber qué significa evangelio a lo largo de las Escrituras.
Evangelio viene del término griego evangelion que literalmente significa “buenas nuevas”, que en un contexto bíblico mesiánico, son “buenas nuevas de salvación por parte del Mesías”. En la literatura griega, evangelion se refería tanto a la muerte del enemigo como el arribo del emperador romano que liberaba y salvaba de la tribulación.[16] En términos generales, esta palabra tiene un significado de victoria.[17]
En heb. se usa el término besorah que significa “recompensa por la buena nueva” (2 Sam 4: 10), “buena noticia” (2 Sam 18: 20, 22). Como sustantivo aparece sólo seis veces en el AT y tiene como significado: (1) “buenas nuevas” (2 Sam 18: 20, 25, 27; 2 R 7:9); y (2) “recompensa por las buenas nuevas” (2 Sam 4: 10; 18: 22).
Para el NT evangelion (que aparece 76 veces) es un misterio (Ef 6: 19) y no es algo nuevo (a pesar que en Mateo es llamado “buenas nuevas” [Mt 4:23; 9:35; 24:24; 26:13]). Por el contrario, ya venía siendo anunciando desde el AT (Ro 1: 2; 15: 25, 26). Este evangelion trata acerca del Hijo de Dios (Mr 1: 1, 14; Ro 1: 3, 9 – evangelion de Cristo, Ro 15: 19; 2 Co 2: 12; 2 Co 10: 14), que por medio de él el ser humano – tanto para el judío como para el gentil (Ro 1: 16; Gal 2: 7; Ef 3: 6) – ha recibido la gracia de Dios para que pueda ser salvo de la esclavitud y condena del pecado (Lc 20: 24; Hch 15: 7; Ro 1: 5; Gal 1: 6; Fil 1: 7). Esta salvación es gracias a la muerte y resurrección de Cristo (2 Ti 2: 8). En aquel acto se ve la justicia de Dios (Ro 1:17) - por lo tanto, el evangelion va de la mano con juicio divino - salvando al pecador quien por fe (Mr 1: 15), se acerca arrepentido para obtener oportuno socorro.
En conclusión, el “evangelio” es el acto salvífico de Dios con el fin de redimir al ser humano pecador por medio de Jesucristo. Dios salvando al hombre. O como Becker lo expresa “Dios actuó para la salvación (redención) del mundo en la encarnación, muerte y resurrección de Cristo”.[18]
Si en esto consiste el evangelion, por lo tanto, se puede saber qué mensaje está predicando el primer ángel: un mensaje de salvación gracias al acto redentor de Cristo en la cruz.[19] Este acto en la cruz conmemora nuestra redención y salvación del pecado, como también nuestra reconciliación con el cielo (Ro 3: 21-25).
Sin embargo, el evangelion del primer ángel también es eterno. Es el mismo evangelio de Génesis 3:15, de Daniel 9: 24-27, de Juan 3: 16. Es el mismo predicado y defendido por Pablo (Ro 1: 16, 17), y los demás apóstoles. No es un evangelio nuevo. No es que está en el NT y no en el AT. Es más, la comprensión del evangelion de los apóstoles fue gracias al pensamiento de los profetas del AT, enseñando así, que tanto el evangelio del AT y del NT es el mismo. En base a esto, el evangelio eterno del primer ángel restaura, en el tiempo del fin, el evangelio tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento.
Después de este breve análisis, se puede notar que el evangelio eterno que proclama el primer ángel es la justificación por la fe. En este mensaje no hay salvación por obras sino por gracia. A pesar que el contexto es un contexto de crisis y adoración (o a la bestia o a Dios), el mensaje principal proclamado aun sigue siendo el mismo: el evangelio eterno. De esta manera, puesto que hay distintos factores e implicancias doctrinales que giran en torno al MTA, toda clase de enseñanza por parte del Remanente, debe girar en torno al evangelio eterno. No en la ley de Dios. Tampoco en el sábado. Sino sólo en la verdad del evangelio.

2. La santificación: Los frutos de la fe

El llamado por parte del ángel es a temer a Dios, dadle gloria y adorarle. Estas acciones tienen dos connotaciones: (a) “Temed” y “dadle gloria” está en el contexto del juicio (“porque la hora de su juicio ha llegado”), lo que expresa la trascendencia de estas actitudes dentro del marco judicial; y (b) Expresan cómo vive un justo (v. 7). Es la respuesta del ya justificado (toda persona que ha aceptado a Dios como su Salvador personal, temerá a Dios, le dará gloria y le adorará).

Temed y dadle gloria en el juicio pre-advenimiento

El juicio proclamado por el primer ángel es el mismo de Daniel 7: 9, 10, el cual tiene como base el Día de Expiación de Levítico 16. Por lo tanto, es posible que el llamado a temer a Dios y dadle gloria en el juicio de Apocalipsis 14: 7, tenga como referencia la invocación que se realizaba a cada hebreo para ser partícipes del Día de Expiación judío.
En este día se purificaba el santuario y se juzgaba a los judíos. En el Libro de Oraciones, primera parte, 31, se lee:

“Debemos darle toda la santidad a este día, porque es un día de temor y temblor. En
este día su reino será establecido y su trono afirmado… Porque tú eres el juez, el acusador y el testigo, el que escribe y el que sella…Entonces sonará el gran shofar, y se oirá la voz de silencio, los ángeles sujetarán con temor y temblor y exclamarán: ¡He aquí, el día del Juicio!”.[20]

Para la liturgia judía del s. XIV del Unetanneh Tokef, el temor era parte de la actitud tanto de los ángeles como del pueblo:

“Dios, sentado en su trono para juzgar al mundo… abre los libros de registros; se lee, allí se encuentra la firma (o nombre) de todo hombre. Se hace sonar la gran trompeta… Los ángeles se estremecen diciendo: Este es el día del juicio… Dios hace pasar delante de él a toda criatura viviente para ajustar los límites de la vida de cada criatura y para predeterminar su destino…”.[21]

El día de expiación se realizaba el 10 de Tishri (7mo mes [para nosotros a mediados del mes de Septiembre]) de cada año. Para esta fecha, el judío se preparaba diez días antes. Al llegar el día, cada uno llegaba a humillarse y no hacía cosa alguna (Lev 16: 26) puesto que era un día de reposo y de descanso solemne (v. 31). Además, el temor y la gloria expresadas a Dios, eran manifestadas por parte de los israelitas. Aquel temor y la disposición de dar gloria, tenía como objetivo sensibilizar a la persona y decidirse a honrar a Dios a través de la obediencia.
Conectando con el juicio pre-advenimiento, así como el temor, la humillación y el descanso eran actitudes indispensables para el día de expiación, el temor y la gloria para el juicio pre-advenimiento predicado por el primer ángel también lo es. Al temer a Dios y dadle gloria, el hijo de Dios no sólo está dispuesto a glorificar a Dios a través de su obediencia, sino también a sensibilizarse y a la vez reconocer su pecado, esperando únicamente la misericordia divina.

Temed, dadle gloria y la adoración: Respuesta del ya justificado

Para desarrollar esta parte, se analizará los términos temor, gloria y adoración.

Temor: en hebreo significa tener miedo, honrar. Como sustantivo significa respeto. En los sapiensales, el temor a Dios es parte integral de una vida con propósito. “El temor a Jehová es el principio de la sabiduría” (Prov 1: 7), y tiene una orientación moral (Sal 34: 11), o como aborrecimiento del pecado (Prov 23: 17). Para Salmos 1: 2; 19: 7; 119: 22, temer implica guardar los mandamientos.
En griego, temer o miedo es phobeomai y aparece 95 veces. Como temer (en tiempo presente) aparece catorce veces en el NT, y seis veces en el libro de Apocalipsis. Tiene un significado de amedrentar, miedo, respeto, adorar, reverenciar (a Dios). Tiene un sentido de reverencia y sumisión en obediencia.
Gloria (del heb. tip´eret ): significa belleza, ornamento, distinción, orgullo. En algunos casos hace referencia a un rango (Prov 4: 9) o a la grandeza de un rey (Est 1: 4). Esta palabra es usada en el sentido de reconocimiento (Dt 26: 19), y con frecuencia es usada para Dios, destacando su rango y renombre (1 Cr 29: 11).
En griego el término es doxa. En el NT principalmente tiene un significado de opinión, estimación. Mayormente se usa para dar una buena opinión de: (1) la naturaleza o los actos de Dios (muchos de ellos revelados por Cristo, Jn 17: 5, 24; Heb 1: 3), lo que implica reconocerlo o exaltarlo (Hch 12: 23; Lc 2: 14); (2) el carácter y los caminos de Dios exhibidos por medio de Cristo a y a través de los creyentes (2 Co 3: 18, 21); (3) el estado de bienaventuranza o bendición al cual los creyentes han de entrar al ser hechos a la semejanza de Cristo (Ro 8: 18, 21; Fil 3: 21).[22]
Adoración (gr. proskunountaj): significa “postrarse/inclinarse delante de”, “inclinarse en homenaje o reconocimiento de autoridad y sumisión”. En Apocalipsis aparece 24 veces y tiene una connotación de homenaje u obediencia.[23] Aquella adoración se debe de hacer en “espíritu y verdad” (Jn 4: 24).

Después de haber analizado estos términos, se puede notar la magnitud del mensaje del primer ángel. Él no sólo proclama el evangelio eterno sino también invita a temer a Dios, dadle gloria, y a la vez adorarle. A reconocerlo tanto como rey y como juez.[24] A reverenciarlo y darle honra por sus obras realizadas a favor del ser humano. A obedecer sus mandamientos y andar en caminos buenos y justos. Y que a pesar de las amenazas y persecuciones recibidas por parte de la trinidad satánica, ellos continuarán mostrando los frutos de su fe.
Estos actos que glorifican a Dios, expresan temor y adoración ante su presencia. Aquellos que han sido justificados mostrarán públicamente su adoración a Dios a través de su obediencia y lealtad. Como declara Holmes “El resultado de la proclamación del ‘evangelio eterno’ aumenta el número de aquellos que adoran a Dios, pero el blanco final del evangelismo es producir verdaderos adoradores”.[25]
Al relacionar el mensaje del primer y tercer ángel, nos podemos dar cuenta que, mientras el primer ángel predica el “evangelio eterno”, el tercer ángel declara cómo viven aquellos que han aceptado dicho mensaje, a saber, “guardando los mandamientos de Dios y teniendo fe en el testimonio de Jesucristo [Espíritu de Profecía – cf. Ap 19: 10; 22: 8, 9]”. Por lo tanto, no se puede separar el evangelio de los mandamientos.
El remanente de Apocalipsis no sólo predica la justificación por la fe sino también los frutos que ella produce. El mensaje del primer ángel, en relación a los otros dos, indica que el remanente no presenta un evangelio subjetivo basado únicamente en el amor y la gracia de Dios. No existe “una vez salvo, siempre salvo” en el mensaje tri-angélico.

 

[1]Esta es una ponencia presentada en el VIII Simposio Bíblico – Teológico Sudamericano “Teología y Metodología de la Misión”, Cachoeira, el Salvador, Brazil, Julio 2009.

[2]Los textos serán citados de La Biblia de las Américas (California: The Lockman Foundation, 1997). Cualquier cambio de versión, se dará a conocer.

[3]En esta presentación la abreviatura de “El Mensaje de los Tres Ángeles” será MTA.

[4]Varios teólogos se han preocupado por este aspecto, especialmente en la separación de la Teología con la Misión. Ellos concluyen que una de las razones principales de la crisis teológica que está pasando nuestra iglesia, es por la influencia protestante en nuestro medio. Para una evaluación más detallada, ver Fernando Canale, “Completando la teología adventista I: La tarea teológica en la vida de la iglesia-Parte I”, DavarLogos 6.1 (2007): 55-68; Ibíd., “Completando la teología adventista I: La tarea teológica en la vida de la iglesia-Parte II”, DavarLogos 6.2 (2007): 127-41; Ekkehardt Müeller, “Theological Thinking in the Adventist Church”, DavarLogos 1.2 (2002): 125-47.

[5]Para un mayor estudio sobre la naturaleza “histórica y escatológica” de Apocalipsis 12-14, ver Edwin Reynolds, “Ten Keys for Interpreting the Book of Revelation”, Journal of the Adventist Theological Society 11, no. 1, 2 (2000): 265, de aquí en adelante JATS; Carlos Olivares, “Un análisis en la determinación de una estructura para el Apocalipsis: Implicaciones”, Theologika 22, no. 2 (2007): 258, de aquí en adelante Theo.
[6]William Shea, “The Controversy Over the Commandments In the Central Chiasm of Revelation”, JATS 11, no. 1, 2 (2000): 216.

[7]Ibíd., 223.

[8]C. Leslie Miller, Todo acerca de los ángeles, trad. Samuel Vila (Terrassa: Clie, 1974), 67, 70.

[9]William Johnsson, “The Saints´ End-Time Victory Over the Forces of Evil”, en Symposium on Revelation: Introductory and Exegetical Studies-libro 2, Frank Holbrook ed. (Silver Spring: Review and Herald Publishing Association, 1992), 7: 33, de aquí en adelante SR.

[10]William Shea, “The Mighty Angel and His Message”, SR, 6: 321. El Comentario Bíblico Adventista también declara “Esta visión es simbólica. El ángel representa a los santos de Dios ocupados en la tarea de proclamar el Evangelio…”, Francis Nichol, ed., Comentario bíblico adventista, trads. Víctor Ampuero y Nancy Vymeister (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1996), 7: 841.

[11]Es genérico, puesto que este tiempo tiene muchas fases o momentos, tales como: (1) Momento de preparación para la crisis final (1844 d.C. - surgimiento de la marca de la bestia y su imagen), (2) La Crisis final ([a] Surgimiento de la marca y la imagen de la bestia – fin del tiempo de gracia; [b] Fin del tiempo de gracia), (3) II Venida, (4) El milenio, (5) III venida y el Juicio Final, y (6) La vida eterna. Al observar estos eventos, es posible que la proclamación del mensaje de los tres ángeles será predicado desde 1844, y con mayor fuerza en la crisis final.

[12]Jacques Doukhan hace un interesante paralelismo entre Apocalipsis 14: 6-12 con la escena del Juicio de Daniel 7, concluyendo que “El paralelismo entre los dos pasajes sugiere que el mensaje de los tres ángeles corresponde, en Daniel 7, al tiempo del juicio (Dan. 7: 9-12), o Kippur (Dan. 8: 14)”, Jacques Doukhan, Secretos de Apocalipsis: El Apocalipsis visto a través de los ojos hebreos, trad. Claudia Blath (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2008), 134.

[13]No obstante, según Apocalipsis 18: 1-5 (unido con Ap 14: 6-12), habrá un fuerte clamor más adelante, llamado “lluvia tardía/fuerte pregón”, cuyo mensaje tendrá como eje el MTA. Esta proclamación, como declara Rode “llegaría hacer un llamado poderoso de la obra del Espíritu Santo que iluminaría la tierra con su gloria (Ap 18: 1)”, Daniel Rode, “Missão às Etnias No “Ultimo Tempo””, O Futuro: A visao adventista dos últimos acontecimentos, Artigos teológicos apresentados no V Simposio Bíblico-Teológico Sul-Americano em homenagem a Hans K. LaRondelle, ed. por Alberto Timm et.al. (Sao Paulo: Casa Publicadora Brasileira, 2004), 350-1, de aquí en adelante OF.

[14]Ekkerhardt Müeller, “The 144,000 and the Great Multitude”, Adventist Biblical Research, http://www.adventistbiblicalresearch.org/documents/144,000greatmultitude.htm (consultado: 16 de Abril, 2008).

[15]Rango Stefanovic, Revelation of Jesus Christ Revelation of Jesus Christ: Commentary on the Book of Revelation (Berrien Springs, MI: Andrews University Press, 2002), 270

[16]Gerhard Kittel, ed., “evangelion”, Theological Dictionary on the New Testament, trad. Geoffrey W. Bromiley (Grand Rapids, MI: Eerdmans Publishing Company), 2: 722, de aquí en adelante TDNT.

[17]U. Becker, “evangelion”, The New Internacional Dictionary of New Testament Theology, Colin Brown, ed. (Grand Rapids, MI: Zondervan Publishing, 1986), 2: 107, de aquí en adelante NIDNTT.

[18]U. Becker, “evangelion”, NIDNTT, 2: 111.

[19]Herbert Douglas, para saber en qué consiste el evangelio eterno, formula tres preguntas claves relacionadas al ministerio terrenal de Cristo con el fin de encontrar respuesta. Estas son: ¿Por qué murió Jesús?; ¿Por qué vino Jesús?; ¿Cuál es el objetivo del evangelio? Para un mayor estudio, ver Herbet Douglas, “What Is the ‘Everlasting Gospel?’”, JATS 12, no. 2 (2001): 145-51.
[20]Traducción del autor del Libro de Oraciones, Mahzor minroch hachana weyom hakippurim, primera parte, 31, citado en Jacques B. Doukhan, Secretos de Daniel: Sabiduría y sueños de un príncipe hebreo en el exilio, trad. Claudia Blath (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2007), 133.

[21]Citado en Clifford Goldstein, “Que tu nombre esté sellado”, Como fuego en mis huesos, trad. Adriana Itin (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2001), 22.

[22]Vine, W.E., Vine diccionario expositivo de palabras del Antiguo y del Nuevo Testamento exhaustivo (Nashville: Caribe) 2000, c1999.

[23]Para un estudio sobre la Adoración en Apocalipsis, ver Raymond Holmes, “La adoración en el libro de Apocalipsis”, Theo 15, nro. 1 (2000): 14; Carlos Mora, “Un modelo de adoración según Apocalipsis 19”, Theo 19, nro. 2 (2004): 165.

[24]Jacques Doukhan, Secretos de Apocalipsis, 135.

[25]Holmes, 20.

LOS 144 00 Y LA GRAN MULTITUD: UN ESTUDIO DE APOCALIPSIS 7 Y 14

LOS 144 000 Y LA GRAN MULTITUD

Oscar Mendoza Orbegoso

Introducción


Uno de los temas más complejos y discutidos en el libro de Apocalipsis es sobre los 144 000 y la Gran Multitud del capítulo 7. Y esto se puede notar en las distintas interpretaciones que se ha dado a lo largo de estos años tanto en el mundo protestante como adventista, las cuales se pueden resumir en cinco:

(1) Los 144 000 son judíos literales: esta interpretación está dividida en dos: (a) Una posición preterista, que piensan que los 144 000 son judíos del tiempo de Juan;[1] y (b) Una posición Dispensacionalista, que creen que este grupo son judíos que aparecerán después del rapto secreto.[2]
(2) El número 144 000 es simbólico, y la palabra “Israel”, se refiere a los israelitas espirituales: Los que proponen esta posición[3] rechazan la literalidad de los 144 000 y de las doce tribus. Los 144 000 no pueden ser un número de personas contadas, puesto que, además de ser múltiplo de 12 x 12 x 1000, el número es un símbolo que representa al pueblo de Dios. En el caso de “Israel”, ellos no pueden ser judíos literales puesto que a partir de Cristo, Israel no es más el pueblo de Dios, sino la iglesia, el “Israel Espiritual”.
(3) El número 144 000 es literal, pero “Israel” se refiere a israelitas espirituales: los que tienen esta posición[4] suponen que aquellos 144 000 no serán judíos literales sino miembros de la iglesia. No obstante, aquellos 144 000 son un grupo exacto. Sólo 144 000 personas conformarán este grupo. Por cuanto a la Gran Multitud, ellos difieren de los 144 000.
(4) Los 144 000 y la Gran Multitud son grupos diferentes: los que sostienen esta postura,[5] creen que los 144 000 es un número simbólico seguidores de Cristo, y no judíos literales. No obstante, ellos piensan que los 144 000 y la Gran Multitud son grupos distintos (o que los 144 000 están dentro de la Gran Multitud). En algunos de los casos, se ha propuesto que la Gran Multitud son los hijos de Dios resucitados de todas las edades.[6]
(5) Los 144 000 y la Gran Multitud son el mismo grupo: Los que proponen esta interpretación,[7] plantean que los 144 000 y la Gran Multitud son el mismo grupo en diferentes perspectivas. En cortas palabras, los 144 000 son la Gran Multitud.

A pesar de las distintas interpretaciones, varios han optado, mayormente teólogos conservadores, por la simbología de los 144 000. Sin embargo, varios también han apoyado el pensamiento Dispensancionalista.[8] En el caso del mundo adventista, a través de sus publicaciones, el pensamiento sobre los 144 000 como número, es que es simbólico y no literal.[9] No obstante, la discusión ahora está relacionado con la Gran Multitud y los 144 000: Estos dos grupos ¿Son el mismo o distinto grupo?[10]
El propósito de este artículo es poder responder esta pregunta analizando Apocalipsis 7:4-9 y 14: 1-5 respectivamente. Para ello, se verá en qué momento aparecen los 144 000, luego se estudiará la simbología de los 144 000, si los 144 000 y la Gran Multitud son o no el mismo grupo, y qué relación tiene los 144 000 con el Remanente de Apocalipsis 12: 17.

El contexto de Apocalipsis 7 y 14

El libro de Apocalipsis se puede dividir en tres partes básicamente: (1) Parte histórica (1-11),[11] (2) Parte intermedia[12] (12-14), y (3) Parte escatológica (15-22).[13] Al estructurar el libro de esta forma,[14] se estudiará con mayor amplitud el contexto donde aparece sobre los 144 000 y la Gran Multitud (se obviará Ap 15: 1-8; 19: 1-11).

Apocalipsis 7: Los 144 000 y la Gran Multitud en su contexto

Este capítulo es un paréntesis entre el 6to y 7mo sello que responde a la pregunta “porque ha llegado el gran día de la ira de Dios ¿y quién podrá sostenerse?” (6:17)[15] planteada en el 6to sello. Al formularse aquella interrogante, Juan encuentra respuesta al escuchar que los únicos que pueden estar de pie ante el trono de Dios y su ira – las siete plagas postreras (Ap 15, 16) – son los 144 000 sellados (vv. 3, 4). Y mientras no se realice el sellamiento, aun no pueden ser enviadas estas plagas. Cuando esto ocurra, se dará la II venida (que en este caso es el 7mo sello-Ap 8:1, cf. con 15-18).
En base a estos eventos, el contexto de los 144 000 de este capítulo es escatológico, puesto que aparece en un marco de sellamiento-anuncio/detenimiento de las siete plagas postreras – II Venida (7mo sello).
No obstante, Apocalipsis 7 no sólo registra a los 144 000 sino también a la Gran Multitud (en especial la descripción de sus características: vv. 9-17). Al comparar los 144 000 con la sección de la Gran Multitud, aparece un nuevo elemento: “Estos vienen de la Gran Tribulación” (v. 14). Lo interesante de esto, es que tanto los 144 000 y la Gran Multitud están dentro del mismo capítulo y del mismo contexto: el sellamiento – la ira de Dios (anuncio) – persecución – II venida. Por lo tanto, no sólo la sección de los 144 000 (4-8) responde a la pregunta del 6to sello, sino también el registro de la Gran Multitud (9-17). No se puede entender el sellamiento, la persecución y el anuncio/detenimiento (7:1) de las postreras plagas, únicamente a la luz de los 144 000, también se debe de comprender a la luz de la Gran Multitud. Al hacerse, se tendrá más luz para poder identificar a estos dos grupos.
Para dejar en claro esta parte, es necesario considerar que el contexto de Apocalipsis 7 es netamente simbólico, puesto que hay una lista de figuras presentadas en este capítulo, como por ejemplo: “cuatro ángeles”, “cuatro vientos” (v. 1), “sello del Dios vivo”, “delante del Cordero”, “emblanquecidos en la sangre del Cordero” (vv. 9, 15, 17), “cuatro seres vivientes” (v. 11). Estos elementos reflejan la naturaleza simbólica del capítulo. Por este motivo, los 144 000, según su contexto, es simbólico y no literal. Decir lo contrario es interpretar el texto fuera de su contexto.[16]

Apocalipsis 14:1-5: Los 144 000 en su contexto[17]

Poder estructurar y entender a la perfección Apocalipsis 14 en su contexto (12-14)[18] es muy complejo. Sin embargo, en este estudio sólo nos centraremos en los 144 000. Este grupo es registrado en Apocalipsis 14: 1-5 estando con el Cordero en el Monte Sión (v. 1). Su contexto más cercano es la predicación del mensaje de los tres ángeles (vv. 6-12), el rescate de las primicias de Dios (v. 4), la cosecha (v. 15) y luego la II venida (v. 14). Esto hace deducir que el contexto de los 144 000 es escatológico.
Además, se debe de recalcar el simbolismo de los 144 000 en base a su contexto. Símbolos tales como “Cordero” (v. 1), “siguen al Cordero” (v. 4), “contaminarse con mujeres” (v. 4), “castos” (v. 4), “ángeles anunciando el evangelio” (vv. 6-12) indican un contexto simbólico aclarando así la no literalidad de los 144 000.

Después de estudiar el contexto tanto de Apocalipsis 7 y 14, se puede llegar a las siguientes conclusiones con respecto a los 144 000 y la Gran Multitud:

(1) Tanto los 144 000 y la Gran Multitud aparecen en el mismo contexto escatológico: (a) Paréntesis entre el 6to y 7mo sello (cap. 7, II V.), (b) Proclamación del Mensaje de los Tres Ángeles (14: 6-12), (c) Anuncio de las siete plagas (6: 17), (d) La persecución y rescate (final – 7: 14; 14: 4), (e) La II Venida (7: 14-17; 14: 14), (f) Cristo con los redimidos rescatados (dando entender que ellos no probaron la muerte)/primicias (por un lado presentado a través de la Gran Multitud [7: 15-17], y por otro, a través de los 144 000 [14: 1]).[19]
(2) En este contexto, especialmente estando de pie con el Cordero (7:14-16; 14:1) después de haber sido rescatados de la gran tribulación, los 144 000 y/o la Gran Multitud pueden ser un (dos) grupo (s) de personas que en la II V. no habrán probado la muerte. Al parecer, ellos pasarán la gran persecución (7: 14) y permanecerán vivos cuando Cristo venga (15: 2-4).
(3) La Gran Multitud, como se pudo analizar, no son los resucitados de todas las edades desde Adán y Eva hasta la II Venida.[20] Ellos aparecen en un contexto escatológico.
(4) Es posible, por estar en el mismo contexto escatológico, que los 144 000 y la Gran Multitud sean el mismo grupo. Si ambos grupos han pasado o sobrevivido la gran persecución y no han probado la muerte hasta la II Venida, puede darse dos posibilidades ¿O hay dos grupos distintos de redimidos esperando al Señor? ¿O son el mismo grupo representado por Apocalipsis en dos figuras distintas? Para responder a estas preguntas, se tiene que recordar que cuando Cristo venga, sólo habrán dos grupos: Uno de redimidos, y otro de impíos (Mt 25: 46). Suponiendo que ambos sean grupos distintos, entonces habrán dos grupos diferentes de sellados que permanecerán vivos después de la caída de las plagas, y serán también ambos grupos los que, sin probar la muerte, observen a Jesucristo descender de las nubes. Lo cual, no tiene asidero bíblico.
(5) Los 144 000, al estar en un contexto simbólico, no puede ser un número literal.
(6) Probablemente son los 144 000 los que predican el Mensaje de los Tres Ángeles (14: 6-12).

Los 144 000: Por qué no puede ser literal

Contextualmente hablando, como ya se mencionó, los 144 000 no puede ser un número literal (sin embargo, de que va a existir este grupo, va a existir). Aquellos que mayormente sostienen la literalidad de este número, y de las tribus, son los dispensancionalistas. Esta interpretación es hecha con el fin de confirmar la persecución final recibida por 144 000 judíos de sangre por parte del anticristo durante siete años.

No obstante, bíblicamente hablando, no es aceptable la literalidad de este número, por las siguientes razones:

(1) El contexto es simbólico: hay figuras y símbolos a lo largo de los capítulos 7 y 14. Si se respeta el contexto para interpretar un texto, se verá claramente que la literalidad de este número no da lugar.
(2) El número mismo: El número 144 000 es múltiplo de 12 x 12 x 1000.

(2.1.) El número 12 es usado frecuentemente en el NT para designar a los 12 apóstoles (Hch 6: 2; 1 Co 15: 5; Ef 2: 20; Ap 1: 14b) y a las 12 tribus de Israel (Mt 19: 28; Lc 22: 30; Stg 1: 1; Ap 21: 12c [cf. 7: 5-8; 12: 1]). Por lo general se considera este número como sugerente de administración divina.[21] Una mejor relación entre los 12 apóstoles y las 12 tribus se encuentra en la Nueva Jerusalén (Ap 21: 12-21; 22: 2). Teniendo esta relación, 12/Tribus/Apóstoles, se puede concluir que el número 12 representa al pueblo de Dios. Con respecto a nuestro estudio, los 144 000 entonces representan al pueblo de Dios que espera a Jesucristo en la II Venida. Como LaRondelle explica:

“Juan descompone el número 144 000 en 12 por 12 000, por lo cual muestra 12 que el número clave, que debe entenderse en su significado en el sistema del pacto como representando al pueblo del pacto o el reino de Dios”.[22]

(2.2.) El número 1 000 se encuentra mayormente en el AT en un contexto de “guerras, batallas militares” del pueblo de Israel. En sí, viene a ser la unidad bélica israelita (comúnmente organizada por unidades de 1 000 – ver Nm 1: 16; 10: 4; 31: 4-5). Beale hace un pequeño análisis, pero significativo, sobre la relación entre “1 000” del AT con los “144 000” de Apocalipsis:

“El objetivo de enumerar para un censo en el AT fue siempre contar la fuerza militar de la nación, por ejemplo: Nm 1:3, 18, 20; 26:2, 4; 2 Sam 24:1-9; 2 Cro 27:23 (el uso de “mil” en Ap 7 podría también tener una connotación militar, como en Num 1; 31:14, 48). La repetición de ek phyles (“de cada tribu”) en Ap 7:5-8 podría dar eco a la casi idéntica frase repetida ek tes phyles (“de la tribu”) de Num 1:21-43 (Note también “de los hijos de Israel” en Num 2:32 y la misma frase in Ap 7:4)”.[23]

Después de este análisis, él concluye que los 144 000 son un “ejército escatológico de Dios - no un ejército literal de israelitas, pero es un símbolo de la “iglesia militante”.[24]
Por lo tanto, según lo que se viene estudiando, los 144 000, no judíos literales, representan al pueblo de Dios[25] en su totalidad, militando y venciendo contra las fuerzas del mal en el tiempo del fin. Beatrice S. Neall lo sintetiza de esta manera:

“[…] el número 144 000 debe entenderse como un símbolo de la unidad, la perfección y la consumación de la iglesia de Dios, completa porque se ha completado el número de los elegidos (Apoc. 6:11)”.[26]

(3) Las tribus: en los versículos 5 al 8, se mencionan 12 tribus pero no con el orden común israelita. Hay cuatro listas, incluyendo Apocalipsis, a lo largo de la Biblia (Gen 49; Nm 1: 5-15; Eze 48). Al hacer la comparación en estas listas, se nota grandes diferencias: (a) Sólo en Apocalipsis la lista de tribus inicia con Judá, a diferencia que en Génesis y Números lo hacen con Rubén, y en Ezequiel con Dan, (b) No hay una similitud en el orden de las tribus de cada lista, (c) Mientras que en Apocalipsis se omite a Dan y Efraín, y se agrega a Leví y a José, en las otras listas aparece Dan y se omite a Leví (tanto en Nm y Eze).
Sin embargo, ¿Es relevante que se agregue, se desordene y se omita algunas tribus? Parece que no. La pregunta que más interés tiene es ¿Estas tribus, son simbólicas o literales? Sobretodo, al recordar que los 144 000, 12 000 de cada tribu, han de aparecer en el tiempo del fin, en el tiempo cuando Cristo venga, estas doce tribus ¿Estarán cuando el Señor regrese por segunda vez? Si se cree que los 144 000 son literales, lo mismo se tiene que pensar de las tribus, por lo tanto ¿Realmente reaparecerán las doce tribus en el futuro, cuando hoy, e incluso en el tiempo de Cristo, muchas de ellas desaparecieron?[27] Indudablemente que no, por lo tanto, no es aceptable pensar que las Doce Tribus tendrán un papel importante en la escatología bíblica.
Entonces ¿A qué Israel se refiere Apocalipsis 7? Evidentemente a “Israel espiritual”: La Iglesia. Pedro es claro al decir que son los cristianos el nuevo Israel espiritual (1 P 2:9). Que aquellos que han sido lavados por la sangre de Cristo tienen el privilegio, sean judíos o gentiles, de ser parte del pueblo de Dios: La iglesia de Cristo. Para Pablo “todos sois hijos de Dios mediante la fe en Cristo Jesús” (Gál 3: 26-29 – énfasis nuestro), por tanto, al ser revestidos por Cristo (ver v. 27), “no hay judío ni griego...” (v. 28). Estando Él, no existe más el Israel político sino el espiritual, o como lo define Pablo “el Israel de Dios” (Gál 6: 16).
(4) Sus características: Ocurre serios problemas, en base a Apocalipsis 14: 1-5, decir que los 144 000 es literal. Las características de este grupo son: “no se contaminaron con mujeres”, “son castos”, “siguen al Cordero”, etc. Sin embargo, ¿Qué pasaría si los 144 000 – de manera literal – “no se contaminaron con mujeres”? Los 144 000 serían sólo varones (¿Las mujeres, dentro del contexto de los 144 000, no irán al cielo?), puesto que no se “contaminaron” con mujeres.[28] De la misma forma, el texto indica que este grupo “son castos”, entonces, al decir que es literal, diremos pues que ellos nunca tuvieron relaciones coitales, que nunca tuvieron esposas y que fueron solteros toda la vida siendo célibes (¿Es que acaso los casados no irán al cielo?). Una vez más, decir que los 144 000 es literal, sería ir en pos de una mala interpretación bíblica que causaría muchos problemas.
(5) Lealtad: Apocalipsis 7: 4-8 habla que los 144 000 son “israelitas”. Ante esto, se supone que como israelitas que son, si se cree que son literales, ellos únicamente deben de seguir a Dios (el Padre) y no al Cordero (Jesucristo). El israelita literal (o de sangre) no ha aceptado el Mesianismo de Cristo. Por eso, su fe siempre ha sido únicamente en el Padre, y en la espera de la I venida del Mesías, más no en el Mesías Jesucristo. Por lo tanto, si se cree que los 144 000 son judíos literales, se debe pensar que ellos únicamente siguen a Dios el Padre. Sin embargo, Apocalipsis 14: 4 registra que los 144 000 también siguen al Cordero. Esto hace suponer que estos israelitas han aceptado la fe mesiánica predicada por la iglesia. La fe y lealtad de estos judíos no es sólo al Padre sino también al Mesías Jesucristo, creencia principal de la iglesia. Por lo tanto, una vez más, es inadmisible que los 144 000 sean judíos literales.

Después de haber hecho este breve análisis, es imposible, al interpretar de manera correcta la Biblia, decir que los 144 000 es un número literal. Hacerlo, traería varias complicaciones acerca de quiénes y cuántos irán al cielo.

Los 144 000 y la Gran Multitud ¿Distintos o el mismo grupo?

Al saber con exactitud que los 144 000 no es un número literal sino simbólico, y conocer en qué contexto aparece este grupo, ahora se van a responder las siguientes preguntas ¿Qué relación tienen los 144 000 y la Gran Multitud? ¿Son el mismo o distinto grupo? Para contestarlas, se va a estudiar: (1) el modelo “oír - ver”; y (2) se relacionará y se encontrará las similitudes entre estos dos grupos en base a Apocalipsis 7: 4-17; 14: 1-5, 15; 15: 1-4; 19: 1-8. Al hacer este estudio nos daremos cuenta que los 144 000 y la Gran Multitud son el mismo grupo.

(1) Modelo “oír – ver”

Este modelo consiste en ver una realidad en dos perspectivas distintas. Primero cuando el vidente oye, y luego, cuando ve aquello que oyó. En ambos de los casos, de lo que oye y ve, la realidad es la misma. En Apocalipsis se puede ver algunos ejemplos de este modelo:[29]

Texto
5: 5, 6 “me dijo: No llores; mira, el León…”, “Miré, y vi…, a un Cordero…”
7: 4,9 “Y oí el número… 144 000 sellados”, “Después de esto mire, y vi una gran multitud… de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas”
21: 9-12 “… diciendo: Ven, te mostraré la novia, la esposa del Cordero”, “… y me mostró la ciudad santa…”

En el primer ejemplo, el profeta oye que el León abrirá el sello, sin embargo, cuando es el momento de ver al León, no ve al León sino al Cordero. En ambas situaciones, el personaje y la realidad es la misma: Cristo es el Cordero y el León.
En el segundo ejemplo se da el mismo modelo. El vidente primero oye el número, 144 000, pero aún no ve aquellos 144 000 israelitas (12 000 de cada tribu). Sin embargo, cuando es el momento de ver aquellos israelitas, Juan no ve lo que oyó (144 000), sino ve una Gran Multitud de “todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas…” (7: 9). Una vez más, Juan oye (los 144 000 israelitas) y ve (una Gran Multitud de todas las naciones) la misma realidad.[30]
Por último, al profeta se le invita ver a la novia (supuestamente, en base a Apocalipsis 12, aquella novia debería ser una mujer), la esposa del Cordero. Pero en vez de ver a una novia, ve a una cuidad, la Nueva Jerusalén. Se le llama a ver una dimensión (una novia), pero se le presenta otra (una ciudad), no obstante, la realidad es la misma.
En estos tres ejemplos, por un lado, al profeta se le invita a escuchar una figura cuya realidad la verá después (como el segundo y tercer ejemplo). Y por otro, se le llama para escuchar una realidad/figura en una dimensión, y luego se le es mostrado otro símbolo/realidad en otra dimensión (como el primero). En ambos casos, las dimensiones son distintas pero la realidad es la misma.
Aplicando este modelo, es aceptable creer que los 144 000 y la Gran Multitud son el mismo grupo. Al inicio, al profeta se le declara el número de sellados (7: 4), número que aun no se le es mostrado. Cuando el profeta llega a ver aquellos 144 000 sellados (v. 9), aquello que escuchó (v. 4), no ve dicha cantidad, sino una Gran Multitud. No de cada tribu de Israel, sino de todas las naciones. Lo cual hace suponer que al vidente se le hace oír un número simbólico de redimidos, y luego se le muestra la realidad de dicho número simbólico. Como declara Müeller: “Los 144 000 y la gran multitud son el mismo grupo en diferentes perspectivas. La primera designación es un término simbólico, el último describe la realidad”.[31]
Por lo tanto, lo que ha Juan se le fue presentado no es la cantidad de israelitas redimidos, sino a la iglesia (Israel espiritual) en su totalidad que vienen de todas las partes del mundo. Al respecto, LaRondelle concluye:

“Apocalipsis 7 contiene la llave para abrir su propio simbolismo hebreo: el verdadero Israel de Dios no está limitado a 144 000 judíos literales, sino que es un símbolo de la totalidad del Israel espiritual entre toda la raza humana”.[32]

(2) Similitudes

Los 144 000 y la Gran Multitud aparecen en los capítulos 7, 14, 15 y 19 de Apocalipsis. Cuando se estudia estos capítulos y se relaciona a ambos grupos de redimidos, se podrá notar que ambos tienen las mismas características, indicando así, que son el mismo grupo.

Los 144 000 y La Gran Multitud
A. Están delante del trono de Dios y del Cordero (6: 16, 17; 14: 1; 15: 15).
A´. Están delante del trono de Dios y del Cordero (7: 9, 11, 15; 19: 4).
B. Son rescatados (pasaron). Son primicias (14: 3, 4).
B´. Vienen de la gran tribulación (7: 14).
C. Permanecen vivos en la II venida. Son ellos los que están en el 6to y 7mo sello, y las siete plagas (6: 17-7: 3; 14: 14-20; 15: 5-8).
C´. Aparecen al fin del sexto sello y antes de la caída de las plagas (7: 9-17).
C´. Están vivos cuando Cristo viene (19: 11).
D. Siguen al Cordero adondequiera que va (14:4). Son siervos de Dios (7: 3).
D´. El Cordero… los pastoreará y los guiará (7: 7). Sirven a Dios (7: 15).

En A y A´ se puede notar que ambos grupos están delante del trono de Dios y del Cordero. Según Apocalipsis 6: 17 ¿Quiénes son los únicos que pueden estar de pie delante del “trono de Dios” (v. 16)? Obviamente tendrá que ser un grupo selecto, y dicha selectividad dependerá del Sello de Dios (vv. 2, 3). Sólo los sellados estarán de pie delante del trono de Dios y del Cordero. Lo interesante de todo esto, es que en el versículo 4 son los 144 000 los sellados (los que indudablemente deben de estar de pie del trono de Dios y del Cordero), y en el versículo 9 es la Gran Multitud los que están de pie delante del trono de Dios (¿no se supone que los únicos que deben de estar de pie delante del trono de Dios son los 144 000?). Evidentemente los 144 000 y la Gran Multitud son el mismo grupo.
En B se puede ver que los 144 000 fueron rescatados en el regreso de Jesucristo por II vez. ¿Rescatados de qué? Obviamente rescatados (14: 3, 4) de la última persecución por parte de los agentes de Satanás (ver Ap 13).[33] En B´ es descrita la Gran Multitud, al parecer, ellos también vienen de la gran tribulación (7: 14). ¿Cuál tribulación? La misma persecución de donde fueron rescatados los 144 000: la del tiempo del fin. Según Apocalipsis 7: 14 y 17 ellos pasan una tribulación y luego son vistos con el Cordero, indicando así que esta persecución es previa a la II Venida. Por lo tanto, una de estas dos opciones ¿O habrán dos grupos de sellados que pasarán la misma persecución? ¿O ambos son el mismo grupo? Lo más lógico es que son el mismo grupo.
En C y C´ se observa algo similar. Tanto los 144 000 y la Gran Multitud sobreviven a la persecución y quedan de pie ante las siete última plagas, sobreviviendo así en la II Venida. La pregunta es semejante a la anterior ¿Habrán dos grupos de redimidos que pasen la persecución, estén de pie ante las plagas y queden vivos cuando Cristo venga? ¿O son el mismo grupo?
En D y D´ tanto los 144 000 y la Gran Multitud, como grupo (s) selecto (s), siguen al Cordero a donde Él va. No sólo eso, a ambos se les llama “siervos” (el mismo término griego [doulos] tanto para los 144 000 como para la Gran Multitud) de Dios. Lo cual, una vez más, indica que ambos son el mismo grupo.

Al hacer esta similitudes, se puede concluir que los 144 000 y la Gran Multitud, en base a sus características, son el mismo grupo.

Objeciones

Algunos han objetado esta posición diciendo que los 144 000 y la Gran Multitud no son el mismo grupo. Por lo menos hay dos razones: (1) Los 144 000 aparecen en la tierra y la Gran Multitud en el cielo; (2) La preposición meta del v. 9 indica que se está iniciando una nueva visión, por lo tanto, se está hablando de dos grupos distintos, cada uno en su respectiva visión. No obstante, hay respuestas para estas objeciones.
En primer lugar, que los 144 000 y la Gran Multitud aparezcan en dos esferas distintas no quiere decir que sean grupos diferentes. Hay que recordar una vez más: a Juan se le presenta dos dimensiones de una misma realidad. La primera: los 144 000 están listos en la tierra para ser sellados y estar en pie delante del trono de Dios, como también pasar la tribulación y las siete plagas. En cortas palabras, los 144 000 preparándose para esta crisis. Como un ejército listos para la batalla. Lo que algunos teólogos denominan “Iglesia Militante”. La segunda: La Gran Multitud está en el cielo puesto que ya han pasado la gran tribulación. Ellos ya recibieron el sello de Dios, han sobrevivido a la persecución y ahora están con el Señor. Al parecer, este ejército ya pasó y venció en la batalla. Esta iglesia fue militante, y ahora es vista como triunfante.[34] Además, recordemos que el grupo militante que aparece en la tierra (los 144 000), aparece también en el cielo (Ap 14: 1) como iglesia triunfante. Mientras que en Apocalipsis 14 la iglesia triunfante son los 144 000, en Apocalipsis 7 la iglesia triunfante es la Gran Multitud. Como concluye Stefanovic:

“Los dos grupos de las personar redimidas de Dios en el capítulo 7, nominalmente, los 144 000 y la Gran Multitud, son claramente relatados. Ellos son el mismo pueblo vistos en dos etapas de su historia y en sus diferentes roles”.[35]

Por lo tanto, no habría ningún problema que un grupo aparezca en la tierra y el otro en el cielo. Ambos son el mismo grupo pero presentados en dos situaciones distintas de tiempo.
Por último, que aparezca la preposición meta en el versículo 9 no indica que en Apocalipsis 7 haya dos visiones distintas. Por lo menos, existen dos razones para no aceptar este punto de vista.

(1) La preposición meta que aparece en el v. 9 aparece 21 veces en el libro de Apocalipsis.[36] Meta puede traducirse como con, después, contra dependiendo el contexto y el uso. En el caso del versículo 9, la traducción es después, el cual va acompañado de “de esto miré”.
En Apocalipsis aparece 5 veces esta formula “Después de esto miré/oí”.[37] De las cinco veces, sólo una indica que es una nueva visión (4: 1). En las otras cuatro, meta es usada para mostrar la continuación y unidad de la visión.[38]
(2) Hay que recordar que Apocalipsis 7, en su totalidad, es un paréntesis entre el 6to y el 7mo sello. Todo este capítulo es una unidad y no dos visiones diferentes.

En conclusión, no es un impedimento la preposición meta en Apocalipsis 7: 9 para creer que los 144 000 y la Gran Muchedumbre son el mismo grupo.

Los 144 000 y el Remanente

Al inicio se indicó que hay unidad en Apocalipsis 12 al 14. Se enfatizó también que tanto eventos históricos como escatológicos están entremezclados en estos capítulos. En base a estos dos aspectos, se va a relacionar al Remanente de Apocalipsis 12: 17 con los 144 000 (especialmente del cap. 14). Para ello, primero vamos a ver qué parte es histórica y qué parte es escatológica en estos tres capítulos, y luego se hará la relación respectiva.
En el cap. 12 se ve quiénes son los participantes de la lucha en el tiempo del fin: El remanente vs. El Dragón. En el cap. 13 se amplía el panorama diciendo que este mismo Dragón (Satanás) usará dos agentes con el fin de asesinar a los santos (13:10) y recibir la adoración de toda la tierra: La bestia que sube del mar y la bestia que sube de la tierra. Por último, el cap. 14, más que enfatizar la persecución de los santos, detalla: (1) El cumplimiento de las promesas de Dios: (a) Los santos [144 000] con el Cordero en el Monte Sión (Ap 14: 1-5), (b) La segunda venida de Cristo (14: 14); (2) La predicación del tiempo del fin: El Mensaje de los Tres Ángeles (14: 6-12).
Por cuanto a los tiempos, Apocalipsis 12 contiene historia y escatología. Del v. 1 hasta el 16 (a excepción de los versículos 7 al 12 que vienen a ser un paréntesis del cap.) es historia, y el v. 17 es escatología. Para el cap. 13 sucede los mismo, contiene tanto historia como escatología. Mayormente es historia lo relacionado a la bestia que sube del mar (vv. 1-8), y escatológica lo concerniente a la bestia que sube de la tierra y la adoración mundial (vv. 9-18). Y para Apocalipsis 14, al parecer, no se presentan sucesos históricos sino eventos finales.
Si se relaciona la parte escatológica de cada uno de estos capítulos, se puede notar que: (1) El remanente tiene relación con aquellos “santos” perseguidos de Apocalipsis 13:10; (2) El remanente aparece en el mismo contexto escatológico de: (a) El Mensaje de los Tres Ángeles (14: 1-5), (b) Los Santos perseverantes (14: 12); (c) La II Venida (14: 14), y (d) Los 144 000. Esto hace concluir que, por el contexto escatológico, hay una íntima relación entre el Remanente y los 144 000.

Al terminar de relacionar el tiempo del Remanente, ahora se va hacer lo mismo con sus características.
Si se relacionan las características que tiene el Remanente (12: 17), los Santos (13: 10) y los Santos perseverantes (14: 12), se puede notar que prácticamente son las mismas, como por ejemplo: (1) En los tres casos aparecen después de los 42 meses, o sea, en el tiempo del fin; (2) Estos tres grupos guardan los mandamientos de Dios (implícitamente hablando en Apocalipsis 13: 10) rindiendo adoración a Dios; (3) Los tres son perseverantes en medio de las persecuciones del Dragón y sus representantes; y (4) Los tres tienen fe en el testimonio de Jesucristo. Por lo tanto, en base a sus características, es aceptable pensar que el “remanente” de Apocalipsis 12:17 son “los santos” de 13:10, y estos, son “los 144 000” del capítulo 14, especialmente “los santos” del 14:12. Como declara Müeller “Ap 12:17; 13:10 y 14:12 están entrelazados y describen las mismas características del remanente apareciendo bajo diferentes nombres”.[39] Stefanovic también afirma:

“El libro de Apocalipsis no sostiene la idea de que Dios tiene dos grupos distintos de personas sobre la tierra… Juan el revelador indica claramente que él tiene sólo un pueblo en mente cuando él se refiere a estos como Siervos de Dios (1: 1), el Remanente (12: 17), los santos (14: 12) y la esposa del Cordero (19: 7-8; cf. Cap. 12)”.[40]

Antes de continuar, se quiere identificar quiénes son los Santos perseverantes de Apocalipsis 14: 12. Para comenzar, el contexto de Apocalipsis 14 es netamente escatológico, por lo tanto, los componentes de este capítulo se tienen que ubicar en el mismo contexto. Siendo así, es lógico pensar que hay una gran relación entre los Santos Perseverantes y los 144 000. Mientras los Santos perseverantes son presentados al inicio militando contra Babilonia, posteriormente ellos son presentados como triunfantes a través del símbolo de los 144 000. Por lo tanto, los 144 000 triunfantes son aquellos Santos perseverantes que antes de la II Venida, vencieron al Dragón.
Al tener esto como base, será más fácil ver la relación entre los 144 000 y el Remanente. Si los Santos perseverantes son los santos que vencen a los agentes de Satanás, y estos santos son el Remanente, y, como se ha visto, los Santos perseverante son los 144 000, es lógico pensar que el Remanente tiene una íntima relación con este grupo. Al parecer, posiblemente los 144 000 pertenecen al remanente. Es probable que los 144 000 son aquellos miembros del remanente que no probarán la muerte cuando Cristo venga.
Conclusiones

(1) Por el contexto simbólico de Apocalipsis 7 y 14, los 144 000 es un número simbólico y no literal. Este es un grupo selecto que representa al pueblo de Dios que, sin haber probado la muerte, están de pie en la II venida. En cortas palabras, ellos son los que reciben a Cristo viniendo con las nubes.
(2) Al estar la Gran Muchedumbre en el mismo contexto escatológico de los 144 000 (cap. 7; 14: 1-5), el haber pasado “la gran persecución” (7: 14), el tener las mismas características, y después de haber usado el modelo “ver-oír” de Apocalipsis, permite concluir que ambos son el mismo grupo.
(3) Mientras que los 144 000 en Apocalipsis 7: 4-8 representan a la iglesia militante, la Gran Multitud representa a la iglesia triunfante. Eso no quiere decir que los 144 000 aparecerán al inicio de la batalla, y la Gran Multitud al final de ella, al contrario, la Gran Multitud representa también la promesa cumplida a los 144 000. Como si la Gran Multitud representara a los 144 000 después de haber vencido en la batalla. En cortas palabras, la Gran Multitud son los 144 000 triunfantes. Y esto es registrado en Apocalipsis 14: 1-5 donde los 144 000 están con el Cordero en el cielo.
(4) Al relacionar al Remanente de Apocalipsis 12: 17 con los 144 000, en base a su contexto respectivamente, es posible que los 144 000 pertenecen al Remanente. Por lo tanto, los 144 000/Gran Multitud “Guardan los mandamientos de Dios y tienen fe en el Testimonio de Jesucristo”.

Referencias Biliográficas

[1]William Barclay, Comentario al Nuevo Testamento: Apocalipsis II (Terrassa: Clie, 1999), 34.

[2]Entre ellos Ivan Barchuk, Explicación del Apocalipsis (Barcelona: Clie, 1975), 140-8; Herbert Lockyear, Apocalipsis: el drama de los siglos (Miami: Vida), 97; Sunshine Ball, Daniel y el Apocalipsis (Miami: Vida, 2000), 106. Una postura similar, es la de William MacDonal, quien cree que “Los 144 000 son evidentemente creyentes judíos”, William MacDonald, Comentario bíblico de William MacDonald: Antiguo Testamento y Nuevo Testamento (Terrassa: Clie, 2004), 1088.

[3]Como por ejemplo Antolín D. Gil, El sentido de la historia y la palabra profética (Terrassa: Clie, 1995), 568; Enrique Martorell, El griego del Nuevo Testamento (Terrassa: Clie, 1998), 1: 358-9.

[4]Entre ellos Evis Carballosa, Apocalipsis: La consumación del plan eterno de Dios (Grand Rapids: Portavoz, 1997), 150-1.

[5]Como Antolín D. Gil, El sentido de la historia y la palabra profética 568; Evis Carballosa, Apocalipsis: La consumación del plan eterno de Dios, 153; William MacDonald, Comentario bíblico, 1088; Mervyn C. Maxwell, Apocalipsis: Sus revelaciones (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1991), 176; Elisabeth Schüssler Fiorenza, Apocalipsis: Visión de un mundo justo (Estella: Verbo Divino, 1997), 98-100.

[6]Francis Nichol, ed., Comentario bíblico Adventista, trads. Víctor Ampuero M. y Nancy Vymeister (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1996), 7: 800.

[7]Ver G.K. Beale and Sean M. McDonough, Commentary on the New Testament Use of the Old Testament, G. K. Beale and D.A. Carson eds. (Grand Rapids, MI: Baker Academia, 2007), 1107-8; Jacques B. Doukhan, Secretos de Apocalipsis: El Apocalipsis visto a través de los ojos hebreos, trad. Claudia Blath (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2008), 77.

[8]Para un mayor estudio sobre el papel de Israel en la profecía y el dispensancionalismo, ver Hans LaRondelle, The Israel of God in Prophecy (Berrien Springs, MI: Andrews University Press, 1983); Ibíd., “Israel na profecia”, O Futuro: A visao adventista dos últimos acontecimentos, Artigos teológicos apresentados no V Simposio Bíblico-Teológico Sul-Americano em homenagem a Hans K. LaRondelle, ed. por Alberto Timm et.al. (Sao Paulo: Casa Publicadora Brasileira, 2004), 231-7, de aquí en adelante OF; Gerhard Pfandl, “Israel and the Church”, Journal of the Adventist Thelogical Society 13, no. 2 (2002): 15-29, de aquí en adelante JATS; los siguientes artículos son bajados de la misma página web: Frank B. Holbrook, “Futurism´s Countdown: Fact or Fantasy?”; Gerhard F. Hasel, “God´s Plan for Israel”; Walter F. Specht, “New Testament Israel”, Adventist Research Institute, http://www.adventist biblicalresearch.org/documents/Role%20of%20Israel.htm (consultado: 10 de Febrero, 2009), de aquí en adelante ABR; Clifford Goldstein, “¿Está Iraq en la profecía?”, Como fuego en mis huesos, trad. Adriana Itin (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2001), 101-6. Al estudiar al Dispensancionalismo, se puede notar que es imposible creer que los 144 000 serán judíos de sangre.
[9]Ver Hans K. LaRondelle, Las profecías del fin (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1999), 154-60; Kenneth A. Strand, “The "Spotlight-on-Last-Events" Sections in the Book of Revelation”, Andrews University Seminary Studies 27, no. 3 (1989): 204-6, de aquí en adelante AUSS; Loron Wade, “Thoughts on the 144,000”, JATS 8, no. 1-2 (1997): 90-9; Ranko Stefanovic, Revelation of Jesus Christ: Commentary on the Book of Revelation (Berrien Springs, MI: Andrews University Press, 2002), 264-7; Mervyn C. Maxwell, Apocalipsis: Sus revelaciones, 176; Urías Smith, Las profecías de Daniel y Apocalipsis (California: Publicaciones Interamericanas, 1949), 2: 468; Jacques B. Doukhman, Secretos del Apocalipsis, 77.

[10]A pesar que la Biblical Research Institute de la Asociación General propone, a través de un artículo escrito por Ekkehardt Müeller (ver Ekkehardt Müeller, “The 144,000 and the Great Multitude”, ABR, http://www.adventistbiblicalresearch.org/documents/144,000great multitude.htm [consultado: 16 de Abril, 2008]), que los 144 000 y la Gran Multitud son el mismo grupo, aun hay teólogos adventistas que piensan lo contrario.

[11]Sin embargo, dentro de la parte histórica hay pasajes escatológicos. Como por ejemplo la II venida de Apocalipsis 1:7. Este evento está en la sección histórica del libro pero es un suceso escatológico porque aun no se ha cumplido. De igual manera, cuando se hace el paralelismo entre la 7ma iglesia, el 7mo sello (con su respectivo paréntesis: Ap 7) y la 7ma trompeta (con su respectivo paréntesis: 10-11:14), se notará que hay una estrecha relación escatológica. Obsérvese el siguiente paralelo:

A. Ap. 3:14-22 : ---------- Iglesia Laodicea [7ma iglesia] ------ II V.
B. Ap. 7-8:1 : -- (anuncio del sellamiento: 144 000) ------ Silencio en el cielo [7mo sello]/II V.
C. Ap. 10-11:14: -- (libro abierto-surge dos testigos) ------ Voces en el cielo [7ma trompeta]/II V.

Con este paralelismo, se puede ver la relación de la última iglesia con los eventos finales. Es probable que Laodicea esté involucrada con el sellamiento (7:1-3), los 144 000 (7:4-8), el librito abierto en el contexto de los dos testigos (10-11:14), y la II Venida (que es el 7mo sello y la 7ma trompeta). Todos estos eventos, a pesar que están en una sección histórica, son escatológicos. Para un mayor estudio sobre el paralelismo del 7mo sello y la 7ma trompeta, los paréntesis que le anteceden, y su relación con los eventos escatológicos, ver Ekkehardt Müeller, “Recapitulation in Revelation 1-11”, JATS 9, no. 1, 2 (1998): 260-77.

[12]En esta sección se observa que la historia y la escatología están entremezcladas. Para un mayor estudio, ver Carlos Olivares, “Un análisis en la determinación de una estructura para el Apocalipsis: Implicaciones”, Theologika 22, no. 2 (2007): 258, de aquí en adelante Theo; Ibíd., “Análisis estructural de Apocalipsis 12 y 13: En busca de un esqueleto estructural”, Theo 20 no. 1 (2005): 34-62.

[13]La escatología es el estudio de los eventos finales de la profecía bíblica, a saber, eventos que ocurren a partir de 1798/1844 d.C. en adelante.

[14]Kenneth Strand y Elisabeth Schüssler Fiorenza proponen una estructura quiástica para una mayor comprensión y unidad literaria en Apocalipsis, ver Kenneth Strand, “The Eight Basic Visions in the Book of Revelation”, AUSS 25 no. 1 (1987): 107-21; Elisabeth Schüssler, Apocalipsis, 57. Tanto las estructuras quiásticas de Strand y Schüssler son apoyadas por Mervyn Maxwell, Apocalipsis: Sus revelaciones, 54-62; Hans LaRondelle, Las profecías del fin, 105-12; William Shea, “The Parallel Literary Structure of Revelation 12 and 20”, AUSS 23 no. 1 (1985): 37-54; Ibíd., “Revelation 5 and 19 as literary reciprocals”, AUSS 22, no. 1 (1985): 249-57.

[15]Los textos serán citados de La Biblia de las Américas (California: The Lockman Foundation, 1997).

[16]A la vez, no se estaría respetando los principios de interpretación profética. Para un estudio más amplio sobre estos principios, ver Kenneth A. Strand, “Foundational Principles of Interpretation”, SR-libro 1, 6:3-34; Richard Davidson, “Biblical Principles for Interpreting Apocalyptic Prophecy”, Andrews University, 1-31; Ibíd., “Biblical Principles for Interpreting Old Testament Classical Prophecy”, Andrews University, 1-39; Merling Alomía, “Some Basic Hermeneutic Principles Established by Christ for the Exegetas of All Centuries”, JATS 10, no. 1-2 (1999), 475-85; Edwin Reynolds, “Ten Keys for Interpreting the Book of Revelation”, JATS 11, no. 1-2 (2000): 261-76; William Shea, Estudios selectos sobre interpretación profética-Serie de la comisión de Daniel y Apocalipsis, vol. 1 (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1990).

[17]Para un estudio exegético de Apocalipsis 14, ver William Johnsson, “The Saints´ End-Time Victory Over the Forces of Evil” en Symposium on Revelation: Introductory and Exegetical Studies-libro 2, Frank Holbrook ed. (Silver Spring: Review and Herald Publishing Association, 1992), 7: 31-9.

[18]Sobre la estructura de Apocalipsis 12 al 14, ver William Shea, “The Controversy Over the Commandments In the Central Chiasm of Revelation”, JATS 11, no. 1-2 (2000): 216; Kenneth Strand, “Chiastic Structure and Some Motifis in the Book of Revelation”, AUSS: 405; William Shea y Ed Christian, “The Chiastic Structure of Revelation 12:1-15:4 The Great Controversy Vision”, AUSS 38, no. 2 (2000): 269-92. Para estos eruditos el mensaje principal de Apocalipsis 12 al 14 es un mensaje de victoria (14: 1-5; 15: 2-4).

[19]Al parecer, Juan está dando dos figuras en un mismo contexto. Como si los 144 000 fueran la Gran Multitud que están con el Cordero.

[20]El problema de fondo aquí es “La Gran Tribulación”. Si se cree que la Gran Multitud está conformada por los resucitados que murieron en el Señor de todas las edades, conociendo que ellos pasaron por la “Gran Tribulación” (7: 14), traería dos complicaciones: (1) Se llegaría concluir que todos los que murieron en el Señor desde el Edén hasta la II V. murieron siendo perseguidos, lo cual es ilógico puesto que muchos de ellos han fenecido con la muerte natural; y (2) Se colocaría a la “Gran Tribulación” como histórica y no como escatológica.
[21]Vine, W.E., Vine diccionario expositivo de palabras del Antiguo y del Nuevo Testamento exhaustivo (Nashville: Caribe) 2000, c1999.

[22]Hans LaRondelle, Las profecías del fin, 156.

[23]G.K. Beale y Sean M. McDonough, Commentary on the New Testament Use of the Old Testament, G. K. Beale and D.A. Carson eds. (Grand Rapids, MI: Baker Academia, 2007), 1107. Para un mayor estudio, ver G.K. Beale, The New International Creek Testament Commentary NIGTC: The Book of Revelation (Grand Rapids, MI: EErdmans Publishing Company, 1999), 416-23; J. Massyngberde Ford, The Anchor Bible: Revelation (Nueva Cork: The Anchor Bible Doubleday, 1975), 38: 118.

[24]G. K. Beale y M. McDonough, 1107.

[25]Loron Wade hace un breve estudio de las características de los 144 000, identificándolas como marcas del Pueblo de Dios. Estas marcas de identidad, según este erudito, son: (1) Ellos son sellados por Dios, (2) Son leales a Dios y siguen al Cordero, (3) Son testigos de Dios y la verdad, concluyendo que los 144 000 son el pueblo de Dios, ver Loron Wade, “Thoughts on the 144,000”: 91-2.

[26]Beatrice S. Neall, “Sealed Saints and the Tribulation”, en Symposium on Revelation: Introductory and Exegetical Studies-libro 1, Frank Holbrook ed. (Silver Spring: Review and Herald Publishing Association, 1992), 6: 262.

[27]No sólo eso, Doukhan amplía diciendo que “en los tiempos de Yohanan [Juan], los registros de los que pertenecían a la mayoría de las tribus habían desaparecido con la destrucción del Templo. De los que cualquiera podría estar seguro era de los que afirmaban ser parte de Judá, Benjamín y Leví”. Concluyendo “Por lo tanto, no deberíamos tomar a Israel mencionado aquí en un sentido literal”, Jacques B. Doukhan, Secretos del Apocalipsis, 77.

[28]Uno de los puntos más complejos al tratar sobre las características de los 144 000 es cuando se habla sobre mujeres ¿A qué mujeres se está refiriendo el apóstol?. Para una mayor discusión, ver Daniel C. Olson, “Those Who Have Not Defiled Themselves with Women: Revelation 14: 4 and the Book of Enoch”, The Catholic Biblical Quarterly 59 (1997): 492-510.
[29]Las palabras que se han puesto en cursiva es para darle mayor énfasis.

[30]Bauckham arguye que la relación entre los dos segmentos es precisamente paralelo a la relación entre el león y el cordero en 5: 5-6. Así como Juan oye sobre un león y mira su significado a través del simbolismo de un cordero, así también él oye sobre los 144 000 y entonces entiende su significado a través de una visión de la innumerable multitud. R. Bauckham, The Climax of Prophecy; Studies in the Book of Revelation (Edinburgh: T&T Clark, 1993), 215-6 citado en G.K. Beale and Sean M. McDonough, Commentary on the New Testament Use of the Old Testament, 1108.

[31]Ekkehardt Müeller, “The 144,000 and the Great Multitude”. LaRondelle concluye en lo mismo con respecto a este modelo diciendo “Lo que Juan vio fue una aclaración de lo que primero sólo había oído”, Hans LaRondelle, Las profecías del fin, 155.

[32]Ibíd.
[33]Según la unidad de Apocalipsis 12 al 14, es lógico pensar que los 144 000 son rescatados de las persecuciones de la bestia que sube del mar y la bestia que sube de la tierra (13: 15-17).
[34]Beale y McDonough hacen un rápido análisis de ambos grupos en relación a ejército/militante y victoria: “Que el grupo en Ap 7:9-17 es el mismo grupo de guerreros como en 7:4-8 es sugerido además por la observación que en 7:9 ochlos (multitud) puede ser traducido como 'ejército' y mientras que las vestiduras y las palmas son asociados en otra parte con una victoria militar (mirar, respectivamente, 2 Mac. 11:8; 1 Mac. 13:51; cf. Testament of Naphtali 5:4), la traducción viable de soteria en 7:10 como “liberación, victoria” parece confirmar esta conclusión”, ver G.K. Beale and Sean M. McDonough, Commentary on the New Testament Use of the Old Testament, 1107, ver también Doukhan, Secretos de Apocalipsis, 77.
[35]Ranko Stefanovic, 270.

[36]En 1: 7, 19; 3: 21; 4: 1; 7: 1, 9; 9: 12; 11: 11; 12: 7, 17; 13: 7; 14: 4; 15: 5; 17: 2, 14; 18: 1; 19: 1, 19; 20: 3; 21: 3; 22: 21.

[37]4: 1; 7: 1, 9; 15: 5; 18: 1.

[38]Como por ejemplo en el 7: 1. A pesar que es un nuevo capítulo, es la continuación del 6to sello, y no una nueva visión. De igual manera en el 15: 5, Juan ve a los santos en el santuario celestial glorificando a Dios (vv. 1-4) y prestos a ver la caída de las siete plagas postreras (vv. 1-8). A pesar que “Después de estas cosas miré” está en el versículo 5, esto no amerita pensar que a partir de este texto es otra visión, puesto que, en base a su contexto, es una sola.
[39]Ekkerhardt Mueller, “The 144,000 and the Great Multitude”.

[40]Rango Stefanovic, 270.