jueves, 5 de noviembre de 2009

EL MENSAJE DEL REMANENTE EN EL TIEMPO DEL FIN: EL MENSAJE DE LOS TRES ÁNGELES DE APOCALIPSIS 14: 6-12 - Parte I


Oscar Mendoza Orbegoso, Universidad Peruana Unión
[1]

Introducción


Como adventistas, creemos que nuestra iglesia es el Remanente del tiempo del fin de Apocalipsis 12: 17,[2] y que nuestro mensaje se centra en el Mensaje de los Tres Ángeles[3] de Apocalipsis 14: 6-12. Sin embargo, influenciados por el mundo evangélico, muchos sermones y temas predicados, sólo presentan la gracia y el amor de Dios de manera subjetiva. Dejando de lado el mensaje escatológico que tenemos como remanente.[4]
¿Será que como remanente, estando en el tiempo del fin, hemos sido llamados a predicar únicamente el amor y la gracia de Dios? ¿En estos tiempos, cuando las verdades bíblicas están siendo pisoteadas, sólo se debe de predicar el amor y la gracia de Cristo?
Para un mejor cumplimiento de la Misión, esta investigación propone nueve verdades bíblicas extraídas del MTA de Apocalipsis 14: 6-12. Verdades que en el tiempo del fin deben ser proclamadas con mayor fuerza. Creemos que con un buen conocimiento bíblico de lo que se tiene que predicar, se cumplirá mejor la misión encomendada.

Contexto del MTA: Apocalipsis 12 - 14

El libro de Apocalipsis se puede dividir en tres partes básicamente: (1) Parte histórica (1-11), (2) Parte intermedia (12-14), y (3) Parte escatológica (15-22). En el caso de nuestro texto, éste está ubicado en la parte intermedia donde la historia y la escatología están entremezcladas.[5]
Apocalipsis 12 contiene tanto historia como escatología juntas. Del v. 1 hasta el 16 (a excepción de los versículos 7 al 12 que son un paréntesis del capítulo) es historia, y el v. 17 es escatología. Para el cap. 13 sucede los mismo, contiene tanto historia (lo relacionado a la bestia que sube del mar - vv. 1-8) como escatología (lo concerniente a la bestia que sube de la tierra y la adoración mundial - vv. 9-18). Y para Apocalipsis 14, al parecer no se presentan sucesos históricos sino eventos finales.

Apocalipsis 14: 6-12 tiene como contexto los cap. 12-14. Para hacer un breve análisis de estos capítulos, se tomará la siguiente estructura quiástica de William Shea:[6]

A: 11:19: El arca del pacto: Escena del Santuario (con los mandamientos)
B: 12:1-2: La primera gran señal: La mujer pura
C: 12:3-4a: La segunda gran señal: El gran Dragón
D: 12:4b-5: El Niño Varón: La primera venida de Cristo
E: 12:10-12: La voces del cielo: Bendición sobre el cielo y maldición sobre la tierra
F: 12:17: Guardan los mandamientos de Dios y el Testimonio de Jesús
G: 13:1-18: La bestia del mar y la bestia de la tierra
X: El Cordero y los 144 000 sobre el Monte Sión
G´: 14:6-11: El Mensaje de los tres Ángeles
F´: 14:12: Guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús
E´: Las voces del cielo: doble bendición sobre la tierra
D´: 14:14-20: El Hijo del Hombre: La segunda venida de Cristo
C´: 15:1: La tercera gran señal: Las siete plagas
B´: 15:2-4: El remanente de la descendencia de la mujer en el cielo
A´: 15:5-8: El templo del arca del testimonio: La escena del santuario (con los mandamientos)

A//A´: Apocalipsis 11: 19 y 15: 8, 9 dan el marco de referencia en estos tres capítulos: El Santuario Celestial. Por esta razón, el MTA debe entenderse a la luz este lugar.
F//F´: Enseñan que los santos, en una situación perseguidora (13:1-18), “guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesús”. En este contexto, estas dos acciones y características cumplen dos funciones: (a) Se convierten en el centro de la controversia entre los santos y los representantes del Dragón; y (b) Expresan los frutos de la fe al aceptar el “evangelio eterno” del primer mensaje (14: 6).
G//G´: William Shea encuentra un paralelismo entre las dos bestias del cap. 13 con el MTA. El primer mensaje (14: 6-7) relata directamente la historia de la bestia del mar (13: 1-8). El mensaje del segundo ángel relata el interludio poético entre la historia de la bestia del mar y la historia de la bestia de la tierra (14: 8 y 13: 9-10). Y el mensaje del tercer ángel está en paralelo con la bestia que sube de la tierra (14: 9-11 y 13:11-18).[7]
G//G´ y X: En X es descrito los 144 000 con el Cordero en el cielo; y en G y G´ tanto el mensaje tri-angélico como el ataque de las bestias. Al relacionar ambas partes, se puede concluir que la razón principal de que los 144 000 estén en el cielo, es que estos han aceptado y predicado el mensaje tri-angélico.
G//G´: Indica que a pesar de las persecuciones recibidas por los agentes de Satanás, los santos continúan predicando el MTA.

¿Qué significa el término ángel?

Al revisar Apocalipsis 14, se puede notar que el contexto es simbólico, por lo tanto, los tres ángeles también lo son. A pesar que hay teólogos que van en contra de este simbolismo,[8] símbolos tales como “los 144 000 con el Cordero” (v. 1), “siguen al Cordero” (v. 4), “contaminarse con mujeres” (v. 4), “castos” (v. 4), “la bestia” (v. 9), indican que los ángeles no pueden ser literales.
El término angelos estrictamente no es la figura de un ángel celestial. Básicamente tiene un significado de mensajero o enviado.[9] En el contexto de Apocalipsis 14, ángel tiene una connotación de mensajeros humanos. Un ángel puede entenderse, según Shea, como “un grupo o movimiento para el cumplimiento de su comisión en el tiempo del fin”.[10]

¿Desde cuándo es predicado el MTA?

Al observar de nuevo el Diagrama Nro. 01, se puede ver que el MTA está en un contexto escatológico. La visión de los 144 000 en el Monte Sión (vv. 1-5), el rescate (v. 4) de los redimidos, la cosecha de las primicias (v. 18) y la II Venida (v. 14), demuestran que este mensaje fue preparado para el tiempo del fin.
No obstante, decir que es un mensaje para el tiempo del fin es muy genérico. ¿En sí, desde cuándo se debe de predicar el MTA? Desde 1844 d.C.[11] Por las siguientes razones:
(1) El MTA es predicado antes de la II venida. Así lo aclara Apocalipsis 14: 14-17.
(2) En el mensaje del tercer ángel está la advertencia “si alguno adora a la bestia y a su imagen” (v. 9, énfasis nuestro) y “beberá del vino de la ira de Dios” (v. 10, énfasis nuestro). “si alguno adora” es un condicional que indica una advertencia previa a la adoración mundial de la bestia y su imagen, adoración que, según Apocalipsis 13: 14-17, es realizada antes de la II venida. “beberá” la ira de Dios, es la consecuencia que recibirá aquel que haya adorado a la bestia. Por tanto, si el tercer ángel advierte que no se debe de adorar a la bestia puesto que aquel que lo haga recibirá las siete plagas, las cuales caerán antes de la II venida, es lógico que el mensaje del tercer ángel es predicado antes de la parusia.
(3) En el mensaje del primer ángel es predicado “la hora de su juicio ha llegado” (v. 7, énfasis nuestro). ¿A qué juicio se refiere? Al juicio pre-advenimiento. ¿Cuándo inició aquel juicio? Según Daniel 7: 9 y 10 (en paralelo con el 8: 14), en 1844 d.C. Por lo tanto, desde el momento que el primer ángel inicia su mensaje proclamando “la hora de su juicio ha llegado”, y este juicio comenzó en 1844 d.C., no hay duda que este ángel inició a predicar desde aquel año.[12] Por lo tanto, es aceptable creer que la predicación del MTA se inició en esta fecha.[13]

¿Quién predica el MTA?

Para responder a esta pregunta, volvamos a observar el Diagrama Nro. 1. Si se relaciona la parte escatológica de cada uno de estos capítulos, nos daremos cuenta que el remanente de Apocalipsis 12: 17 guarda relación con aquellos “santos” perseguidos del 13: 10; y que este mismo grupo aparece en el contexto escatológico del Mensaje de los Tres Ángeles, los Santos perseverantes (14: 12), la II Venida (v. 14), y los 144 000 (vv. 1-5).
Al terminar de relacionar el tiempo del Remanente, ahora se va a relacionar sus características con los santos del 13: 10 y 14: 12.
Las características que tiene el Remanente (12: 17), los Santos (13: 10) y los Santos perseverantes (14: 12), prácticamente son las mismas. Como por ejemplo: (1) En los tres casos aparecen después de los 42 meses; (2) Estos tres grupos guardan los mandamientos de Dios (implícitamente hablando en Apocalipsis 13: 10); (3) Los tres son perseverantes en medio de las persecuciones; y (4) Los tres tienen fe en el testimonio de Jesucristo. En base a sus características, es aceptable pensar que el “remanente” de Apocalipsis 12:17 son “los santos” de 13:10, y estos, son “los 144 000” del capítulo 14, especialmente “los santos” del 14:12. Como declara Müeller “Ap 12:17; 13:10 y 14:12 están entrelazados y describen las mismas características del remanente apareciendo bajo diferentes nombres”.[14] Stefanovic confirma:

“El libro de Apocalipsis no sostiene la idea de que Dios tiene dos grupos distintos de personas sobre la tierra… el revelador indica claramente que él tiene sólo un pueblo en mente cuando él se refiere a estos como Siervos de Dios (1: 1), el Remanente (12: 17), los santos (14: 12) y la esposa del Cordero (19: 7-8; cf. Cap. 12)”.[15]

Reconociendo a los santos del capítulo 14 como el remanente, es lógico pensar que son ellos los que predican el MTA, puesto que aparecen en el mismo contexto.
Después de estudiar aspectos importantes para la comprensión del MTA, ahora se analizará las nueve verdades propuestas extraídas de Apocalipsis 14: 6-9.

1er Mensaje Angélico (14: 6-7)

Creemos que hay cuatro verdades bíblicas en el mensaje del primer ángel para ser predicadas en el tiempo de fin, y son las siguientes: (1) La justificación por la fe; (2) La santificación; (3) El juicio pre-advenimiento; y (4) La creación. Todas estas verdades giran en torno al evangelio eterno y son desarrolladas bajo el marco de referencia del santuario.

1. La justificación por la fe

Para poder entender el evangelio eterno, es necesario saber qué significa evangelio a lo largo de las Escrituras.
Evangelio viene del término griego evangelion que literalmente significa “buenas nuevas”, que en un contexto bíblico mesiánico, son “buenas nuevas de salvación por parte del Mesías”. En la literatura griega, evangelion se refería tanto a la muerte del enemigo como el arribo del emperador romano que liberaba y salvaba de la tribulación.[16] En términos generales, esta palabra tiene un significado de victoria.[17]
En heb. se usa el término besorah que significa “recompensa por la buena nueva” (2 Sam 4: 10), “buena noticia” (2 Sam 18: 20, 22). Como sustantivo aparece sólo seis veces en el AT y tiene como significado: (1) “buenas nuevas” (2 Sam 18: 20, 25, 27; 2 R 7:9); y (2) “recompensa por las buenas nuevas” (2 Sam 4: 10; 18: 22).
Para el NT evangelion (que aparece 76 veces) es un misterio (Ef 6: 19) y no es algo nuevo (a pesar que en Mateo es llamado “buenas nuevas” [Mt 4:23; 9:35; 24:24; 26:13]). Por el contrario, ya venía siendo anunciando desde el AT (Ro 1: 2; 15: 25, 26). Este evangelion trata acerca del Hijo de Dios (Mr 1: 1, 14; Ro 1: 3, 9 – evangelion de Cristo, Ro 15: 19; 2 Co 2: 12; 2 Co 10: 14), que por medio de él el ser humano – tanto para el judío como para el gentil (Ro 1: 16; Gal 2: 7; Ef 3: 6) – ha recibido la gracia de Dios para que pueda ser salvo de la esclavitud y condena del pecado (Lc 20: 24; Hch 15: 7; Ro 1: 5; Gal 1: 6; Fil 1: 7). Esta salvación es gracias a la muerte y resurrección de Cristo (2 Ti 2: 8). En aquel acto se ve la justicia de Dios (Ro 1:17) - por lo tanto, el evangelion va de la mano con juicio divino - salvando al pecador quien por fe (Mr 1: 15), se acerca arrepentido para obtener oportuno socorro.
En conclusión, el “evangelio” es el acto salvífico de Dios con el fin de redimir al ser humano pecador por medio de Jesucristo. Dios salvando al hombre. O como Becker lo expresa “Dios actuó para la salvación (redención) del mundo en la encarnación, muerte y resurrección de Cristo”.[18]
Si en esto consiste el evangelion, por lo tanto, se puede saber qué mensaje está predicando el primer ángel: un mensaje de salvación gracias al acto redentor de Cristo en la cruz.[19] Este acto en la cruz conmemora nuestra redención y salvación del pecado, como también nuestra reconciliación con el cielo (Ro 3: 21-25).
Sin embargo, el evangelion del primer ángel también es eterno. Es el mismo evangelio de Génesis 3:15, de Daniel 9: 24-27, de Juan 3: 16. Es el mismo predicado y defendido por Pablo (Ro 1: 16, 17), y los demás apóstoles. No es un evangelio nuevo. No es que está en el NT y no en el AT. Es más, la comprensión del evangelion de los apóstoles fue gracias al pensamiento de los profetas del AT, enseñando así, que tanto el evangelio del AT y del NT es el mismo. En base a esto, el evangelio eterno del primer ángel restaura, en el tiempo del fin, el evangelio tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento.
Después de este breve análisis, se puede notar que el evangelio eterno que proclama el primer ángel es la justificación por la fe. En este mensaje no hay salvación por obras sino por gracia. A pesar que el contexto es un contexto de crisis y adoración (o a la bestia o a Dios), el mensaje principal proclamado aun sigue siendo el mismo: el evangelio eterno. De esta manera, puesto que hay distintos factores e implicancias doctrinales que giran en torno al MTA, toda clase de enseñanza por parte del Remanente, debe girar en torno al evangelio eterno. No en la ley de Dios. Tampoco en el sábado. Sino sólo en la verdad del evangelio.

2. La santificación: Los frutos de la fe

El llamado por parte del ángel es a temer a Dios, dadle gloria y adorarle. Estas acciones tienen dos connotaciones: (a) “Temed” y “dadle gloria” está en el contexto del juicio (“porque la hora de su juicio ha llegado”), lo que expresa la trascendencia de estas actitudes dentro del marco judicial; y (b) Expresan cómo vive un justo (v. 7). Es la respuesta del ya justificado (toda persona que ha aceptado a Dios como su Salvador personal, temerá a Dios, le dará gloria y le adorará).

Temed y dadle gloria en el juicio pre-advenimiento

El juicio proclamado por el primer ángel es el mismo de Daniel 7: 9, 10, el cual tiene como base el Día de Expiación de Levítico 16. Por lo tanto, es posible que el llamado a temer a Dios y dadle gloria en el juicio de Apocalipsis 14: 7, tenga como referencia la invocación que se realizaba a cada hebreo para ser partícipes del Día de Expiación judío.
En este día se purificaba el santuario y se juzgaba a los judíos. En el Libro de Oraciones, primera parte, 31, se lee:

“Debemos darle toda la santidad a este día, porque es un día de temor y temblor. En
este día su reino será establecido y su trono afirmado… Porque tú eres el juez, el acusador y el testigo, el que escribe y el que sella…Entonces sonará el gran shofar, y se oirá la voz de silencio, los ángeles sujetarán con temor y temblor y exclamarán: ¡He aquí, el día del Juicio!”.[20]

Para la liturgia judía del s. XIV del Unetanneh Tokef, el temor era parte de la actitud tanto de los ángeles como del pueblo:

“Dios, sentado en su trono para juzgar al mundo… abre los libros de registros; se lee, allí se encuentra la firma (o nombre) de todo hombre. Se hace sonar la gran trompeta… Los ángeles se estremecen diciendo: Este es el día del juicio… Dios hace pasar delante de él a toda criatura viviente para ajustar los límites de la vida de cada criatura y para predeterminar su destino…”.[21]

El día de expiación se realizaba el 10 de Tishri (7mo mes [para nosotros a mediados del mes de Septiembre]) de cada año. Para esta fecha, el judío se preparaba diez días antes. Al llegar el día, cada uno llegaba a humillarse y no hacía cosa alguna (Lev 16: 26) puesto que era un día de reposo y de descanso solemne (v. 31). Además, el temor y la gloria expresadas a Dios, eran manifestadas por parte de los israelitas. Aquel temor y la disposición de dar gloria, tenía como objetivo sensibilizar a la persona y decidirse a honrar a Dios a través de la obediencia.
Conectando con el juicio pre-advenimiento, así como el temor, la humillación y el descanso eran actitudes indispensables para el día de expiación, el temor y la gloria para el juicio pre-advenimiento predicado por el primer ángel también lo es. Al temer a Dios y dadle gloria, el hijo de Dios no sólo está dispuesto a glorificar a Dios a través de su obediencia, sino también a sensibilizarse y a la vez reconocer su pecado, esperando únicamente la misericordia divina.

Temed, dadle gloria y la adoración: Respuesta del ya justificado

Para desarrollar esta parte, se analizará los términos temor, gloria y adoración.

Temor: en hebreo significa tener miedo, honrar. Como sustantivo significa respeto. En los sapiensales, el temor a Dios es parte integral de una vida con propósito. “El temor a Jehová es el principio de la sabiduría” (Prov 1: 7), y tiene una orientación moral (Sal 34: 11), o como aborrecimiento del pecado (Prov 23: 17). Para Salmos 1: 2; 19: 7; 119: 22, temer implica guardar los mandamientos.
En griego, temer o miedo es phobeomai y aparece 95 veces. Como temer (en tiempo presente) aparece catorce veces en el NT, y seis veces en el libro de Apocalipsis. Tiene un significado de amedrentar, miedo, respeto, adorar, reverenciar (a Dios). Tiene un sentido de reverencia y sumisión en obediencia.
Gloria (del heb. tip´eret ): significa belleza, ornamento, distinción, orgullo. En algunos casos hace referencia a un rango (Prov 4: 9) o a la grandeza de un rey (Est 1: 4). Esta palabra es usada en el sentido de reconocimiento (Dt 26: 19), y con frecuencia es usada para Dios, destacando su rango y renombre (1 Cr 29: 11).
En griego el término es doxa. En el NT principalmente tiene un significado de opinión, estimación. Mayormente se usa para dar una buena opinión de: (1) la naturaleza o los actos de Dios (muchos de ellos revelados por Cristo, Jn 17: 5, 24; Heb 1: 3), lo que implica reconocerlo o exaltarlo (Hch 12: 23; Lc 2: 14); (2) el carácter y los caminos de Dios exhibidos por medio de Cristo a y a través de los creyentes (2 Co 3: 18, 21); (3) el estado de bienaventuranza o bendición al cual los creyentes han de entrar al ser hechos a la semejanza de Cristo (Ro 8: 18, 21; Fil 3: 21).[22]
Adoración (gr. proskunountaj): significa “postrarse/inclinarse delante de”, “inclinarse en homenaje o reconocimiento de autoridad y sumisión”. En Apocalipsis aparece 24 veces y tiene una connotación de homenaje u obediencia.[23] Aquella adoración se debe de hacer en “espíritu y verdad” (Jn 4: 24).

Después de haber analizado estos términos, se puede notar la magnitud del mensaje del primer ángel. Él no sólo proclama el evangelio eterno sino también invita a temer a Dios, dadle gloria, y a la vez adorarle. A reconocerlo tanto como rey y como juez.[24] A reverenciarlo y darle honra por sus obras realizadas a favor del ser humano. A obedecer sus mandamientos y andar en caminos buenos y justos. Y que a pesar de las amenazas y persecuciones recibidas por parte de la trinidad satánica, ellos continuarán mostrando los frutos de su fe.
Estos actos que glorifican a Dios, expresan temor y adoración ante su presencia. Aquellos que han sido justificados mostrarán públicamente su adoración a Dios a través de su obediencia y lealtad. Como declara Holmes “El resultado de la proclamación del ‘evangelio eterno’ aumenta el número de aquellos que adoran a Dios, pero el blanco final del evangelismo es producir verdaderos adoradores”.[25]
Al relacionar el mensaje del primer y tercer ángel, nos podemos dar cuenta que, mientras el primer ángel predica el “evangelio eterno”, el tercer ángel declara cómo viven aquellos que han aceptado dicho mensaje, a saber, “guardando los mandamientos de Dios y teniendo fe en el testimonio de Jesucristo [Espíritu de Profecía – cf. Ap 19: 10; 22: 8, 9]”. Por lo tanto, no se puede separar el evangelio de los mandamientos.
El remanente de Apocalipsis no sólo predica la justificación por la fe sino también los frutos que ella produce. El mensaje del primer ángel, en relación a los otros dos, indica que el remanente no presenta un evangelio subjetivo basado únicamente en el amor y la gracia de Dios. No existe “una vez salvo, siempre salvo” en el mensaje tri-angélico.

 

[1]Esta es una ponencia presentada en el VIII Simposio Bíblico – Teológico Sudamericano “Teología y Metodología de la Misión”, Cachoeira, el Salvador, Brazil, Julio 2009.

[2]Los textos serán citados de La Biblia de las Américas (California: The Lockman Foundation, 1997). Cualquier cambio de versión, se dará a conocer.

[3]En esta presentación la abreviatura de “El Mensaje de los Tres Ángeles” será MTA.

[4]Varios teólogos se han preocupado por este aspecto, especialmente en la separación de la Teología con la Misión. Ellos concluyen que una de las razones principales de la crisis teológica que está pasando nuestra iglesia, es por la influencia protestante en nuestro medio. Para una evaluación más detallada, ver Fernando Canale, “Completando la teología adventista I: La tarea teológica en la vida de la iglesia-Parte I”, DavarLogos 6.1 (2007): 55-68; Ibíd., “Completando la teología adventista I: La tarea teológica en la vida de la iglesia-Parte II”, DavarLogos 6.2 (2007): 127-41; Ekkehardt Müeller, “Theological Thinking in the Adventist Church”, DavarLogos 1.2 (2002): 125-47.

[5]Para un mayor estudio sobre la naturaleza “histórica y escatológica” de Apocalipsis 12-14, ver Edwin Reynolds, “Ten Keys for Interpreting the Book of Revelation”, Journal of the Adventist Theological Society 11, no. 1, 2 (2000): 265, de aquí en adelante JATS; Carlos Olivares, “Un análisis en la determinación de una estructura para el Apocalipsis: Implicaciones”, Theologika 22, no. 2 (2007): 258, de aquí en adelante Theo.
[6]William Shea, “The Controversy Over the Commandments In the Central Chiasm of Revelation”, JATS 11, no. 1, 2 (2000): 216.

[7]Ibíd., 223.

[8]C. Leslie Miller, Todo acerca de los ángeles, trad. Samuel Vila (Terrassa: Clie, 1974), 67, 70.

[9]William Johnsson, “The Saints´ End-Time Victory Over the Forces of Evil”, en Symposium on Revelation: Introductory and Exegetical Studies-libro 2, Frank Holbrook ed. (Silver Spring: Review and Herald Publishing Association, 1992), 7: 33, de aquí en adelante SR.

[10]William Shea, “The Mighty Angel and His Message”, SR, 6: 321. El Comentario Bíblico Adventista también declara “Esta visión es simbólica. El ángel representa a los santos de Dios ocupados en la tarea de proclamar el Evangelio…”, Francis Nichol, ed., Comentario bíblico adventista, trads. Víctor Ampuero y Nancy Vymeister (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1996), 7: 841.

[11]Es genérico, puesto que este tiempo tiene muchas fases o momentos, tales como: (1) Momento de preparación para la crisis final (1844 d.C. - surgimiento de la marca de la bestia y su imagen), (2) La Crisis final ([a] Surgimiento de la marca y la imagen de la bestia – fin del tiempo de gracia; [b] Fin del tiempo de gracia), (3) II Venida, (4) El milenio, (5) III venida y el Juicio Final, y (6) La vida eterna. Al observar estos eventos, es posible que la proclamación del mensaje de los tres ángeles será predicado desde 1844, y con mayor fuerza en la crisis final.

[12]Jacques Doukhan hace un interesante paralelismo entre Apocalipsis 14: 6-12 con la escena del Juicio de Daniel 7, concluyendo que “El paralelismo entre los dos pasajes sugiere que el mensaje de los tres ángeles corresponde, en Daniel 7, al tiempo del juicio (Dan. 7: 9-12), o Kippur (Dan. 8: 14)”, Jacques Doukhan, Secretos de Apocalipsis: El Apocalipsis visto a través de los ojos hebreos, trad. Claudia Blath (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2008), 134.

[13]No obstante, según Apocalipsis 18: 1-5 (unido con Ap 14: 6-12), habrá un fuerte clamor más adelante, llamado “lluvia tardía/fuerte pregón”, cuyo mensaje tendrá como eje el MTA. Esta proclamación, como declara Rode “llegaría hacer un llamado poderoso de la obra del Espíritu Santo que iluminaría la tierra con su gloria (Ap 18: 1)”, Daniel Rode, “Missão às Etnias No “Ultimo Tempo””, O Futuro: A visao adventista dos últimos acontecimentos, Artigos teológicos apresentados no V Simposio Bíblico-Teológico Sul-Americano em homenagem a Hans K. LaRondelle, ed. por Alberto Timm et.al. (Sao Paulo: Casa Publicadora Brasileira, 2004), 350-1, de aquí en adelante OF.

[14]Ekkerhardt Müeller, “The 144,000 and the Great Multitude”, Adventist Biblical Research, http://www.adventistbiblicalresearch.org/documents/144,000greatmultitude.htm (consultado: 16 de Abril, 2008).

[15]Rango Stefanovic, Revelation of Jesus Christ Revelation of Jesus Christ: Commentary on the Book of Revelation (Berrien Springs, MI: Andrews University Press, 2002), 270

[16]Gerhard Kittel, ed., “evangelion”, Theological Dictionary on the New Testament, trad. Geoffrey W. Bromiley (Grand Rapids, MI: Eerdmans Publishing Company), 2: 722, de aquí en adelante TDNT.

[17]U. Becker, “evangelion”, The New Internacional Dictionary of New Testament Theology, Colin Brown, ed. (Grand Rapids, MI: Zondervan Publishing, 1986), 2: 107, de aquí en adelante NIDNTT.

[18]U. Becker, “evangelion”, NIDNTT, 2: 111.

[19]Herbert Douglas, para saber en qué consiste el evangelio eterno, formula tres preguntas claves relacionadas al ministerio terrenal de Cristo con el fin de encontrar respuesta. Estas son: ¿Por qué murió Jesús?; ¿Por qué vino Jesús?; ¿Cuál es el objetivo del evangelio? Para un mayor estudio, ver Herbet Douglas, “What Is the ‘Everlasting Gospel?’”, JATS 12, no. 2 (2001): 145-51.
[20]Traducción del autor del Libro de Oraciones, Mahzor minroch hachana weyom hakippurim, primera parte, 31, citado en Jacques B. Doukhan, Secretos de Daniel: Sabiduría y sueños de un príncipe hebreo en el exilio, trad. Claudia Blath (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2007), 133.

[21]Citado en Clifford Goldstein, “Que tu nombre esté sellado”, Como fuego en mis huesos, trad. Adriana Itin (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2001), 22.

[22]Vine, W.E., Vine diccionario expositivo de palabras del Antiguo y del Nuevo Testamento exhaustivo (Nashville: Caribe) 2000, c1999.

[23]Para un estudio sobre la Adoración en Apocalipsis, ver Raymond Holmes, “La adoración en el libro de Apocalipsis”, Theo 15, nro. 1 (2000): 14; Carlos Mora, “Un modelo de adoración según Apocalipsis 19”, Theo 19, nro. 2 (2004): 165.

[24]Jacques Doukhan, Secretos de Apocalipsis, 135.

[25]Holmes, 20.

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